OPINIÓN. Fiorela Nolasco, heroína ancashina
Creado el Jueves, 5 de Junio del 2014 07:23:07 pm
Nadie, absolutamente nadie, esperaba que surgiera, en medio del dolor y la tristeza por la pérdida de su hermano y su padre, la figura de Fiorela Nolasco, quien desde un principio clamó por ayuda, aunque con lágrimas en los ojos, la voz quebrada por el llanto y la tristeza, pero sí con la firmeza y convicción de que había que enfrentar y derrotar al sicariato, el desgobierno, el miedo, la corrupción y el autoritarismo en la región Áncash.
Fiorela había perdido a sus seres queridos a manos de delincuentes, enviados -según la denuncia policial- por quienes gobernaban autoritariamente la región y por la negligencia de las autoridades, ya que su padre decidió valientemente denunciar los malos manejos económicos y el fraude que se venía cometiendo en contra de todos los ancashinos. En tal sentido, ella decidió guardar su dolor en el corazón y hacer lo que muchos nos negamos a realizar por temor a lo que nos pueda pasar. Pero ella lo hizo, se enfrentó valientemente a toda una organización delictiva que acallaba, asesinaba y amedrentaba a quienes osaran enfrentárseles.
Este sacrificio y entrega desmedida son los factores que convierten a una heroína en un símbolo.
Fiorela ya es un símbolo de lucha y de perseverancia de la juventud y de la mujer. A sus 20 años, en vez de ponerse a llorar, ha recobrado la fortaleza y el coraje que le supo legar su padre, para decir basta ya de tanta corrupción, de tanto engaño y de opresión al pueblo ancashino.
Las heroínas son símbolos del alma en transformación, del viaje lleno de retos y conflictos que cada persona enfrenta y recorre a lo largo de su vida.
Inesperadamente Fiorela ha tenido que coger las riendas de las autoridades, de los políticos de turno y de la desintegrada clase dirigencial, dormida en sus laureles o compradas por el vil dinero de los corruptores y corruptos. Ella solo pide justicia para sus seres queridos y para todas las personas que fueron asesinadas por la demencia del poder político pasajero, que embrutece a las malas autoridades, cuyo objetivo es llenarse los bolsillos y no tienen la vocación de servir a la comunidad, como dictan las leyes y el mandato popular.
Las heroínas poseen cualidades con las que todas podemos identificarnos y que bien podemos reconocer en unas mismas.
Por estas razones la ciudadanía ha decidido respaldar a Fiorela Nolasco, caminar con ella e identificarse con esta lucha, porque su corazón juvenil está cansado de tanto abuso, de tanta inseguridad en las casas, calles y plazas y de tantas vejaciones que cometen algunos políticos como el presidente de la región Áncash, los congresistas que archivaron las denuncias de corrupción que hizo su padre. Ella, al igual que muchos, ha vivido en carne propia la pobreza moral de jueces y fiscales que metieron a las cloacas sus títulos profesionales para revolcarse en el lodazal del dinero mal habido.
Fiorela tiene un gran corazón, que lo ha puesto con mucho cariño a disposición de la justicia, la libertad y la paz social que todos anhelamos; a pesar de lo sucedido, a pesar de las amenazas de muerte y de las injurias que pretenden hacer algunas personas a la memoria de su fallecido padre.
Estas características responden a motivaciones universales inteligibles para todos.
Una persona que ha sido bien educada, con valores morales, responde a las virtudes que vemos en ella y que es trasmitido a todos aquellos que nos quedamos atónitos ante tanto valor y coraje para denunciar y decir las cosas de frente, para que los derechos humanos sean respetados en todas sus dimensiones, sin distinciones de partidarismos o de cualquier otra índole.
Las heroínas son modelos de conducta, de superación y de sacrificio personal.
Fiorela es un modelo de vida, que se erigió en medio de la terrible crisis moral que vive nuestro país y particularmente la región Áncash. Inteligentemente ha podido superar la desgracia que le arrebató a un hermano y que la dejó huérfana de padre, para decirle a todo el mundo que el miedo no nos puede gobernar, que la delincuencia no puede convivir con nosotros, que los corruptos, asesinos y delincuentes deben estar en las cárceles. No podemos tener autoridades de esa naturaleza, porque ello refleja la pobreza de su alma y la mendicidad de su personalidad.
Fiorela, chica joven que debería normalmente disfrutar de su juventud como cualquier muchacha de su edad, hoy en medio de esta crisis nos da lecciones de vida; ella sabe que corre peligro, por la ferocidad delincuencial en que nos encontramos, pero en vez de callar, denuncia, clama justicia, pide que se investiguen las irregularidades y los ilícitos cometidos en nuestra región, es decir pide que las autoridades cumplan con las funciones para las cuales han sido contratadas y por las que se les paga.
Llevan a cabo una acción heroica, son famosas por sus hazañas o virtudes. Modelos que, en épocas de confusión, guerra o conflicto, sirven de guía a la sociedad y ayudan a superar sus problemas.
En medio de una ciudad dividida por la corrupción y desolación, la voz de Fiorela se escucha con firmeza llamándonos a todos a unirnos y hacer lo que parecía algo utópico: luchar contra la corrupción y anunciar que el corrupto y compañía ya cayeron y que debemos estar vigilantes para que se investigue hasta el final todas las irregularidades y que se castigue con todo el peso de la ley a quienes resulten implicados y culpables de tanta monstruosidad en esta parte del país.
Para todos y todas, las acciones tomadas por Fiorela han marcado un antes y un después, un punto de quiebre en el que teníamos a una población temerosa, que no quería anunciar ni denunciar nada, por las bestialidades de los gobernantes y sus cómplices. Hoy los ciudadanos y ciudadanas no callan nada, se desahogan denunciando los atropellos que han venido sufriendo y todos esperan al unísono que se recobre el principio de autoridad y que llegue la paz y armonía que tanto deseamos tener en nuestra región.
La gran hazaña de Fiorela es haber logrado que se detenga a un presidente regional, a un alcalde, a una banda de sicarios, a policías, etc., etc.
La heroína toma forma en función de sus decisiones, su capacidad de fe y el amor, en lo cual dos componentes son fundamentales: aptitud de aprendizaje por la experiencia y compromiso frente a las dificultades. Considerar lo que se puede hacer, decidir conforme a sus valores y sentimientos es la clave para constituirse en protagonista y heroína.
Fiorela ha demostrado las cualidades innatas que debe de tener una lideresa, no habla de politiquería, comunica con precisión y franqueza lo que hay que decir, no se marea ante el asedio de la prensa ni de aquellos politiqueros que quisieran tenerla en sus filas para obtener con su figura mayores réditos políticos; ella siempre da la cara, camina, marcha para reclamar justicia y lo hace en las circunstancias y en los momentos que deben realizarse.
La vida es un desafío constante. Las situaciones imprevistas y los desafíos nos permiten crecer y evolucionar. Aceptar el camino de las decisiones a veces no parece ser lo más fácil; existen obstáculos, tareas que seguramente son desconocidas y hasta peligrosas.
Fiorela Nolasco sabe que tiene un gran compromiso y desafío para honrar la memoria de su padre, con ella misma, con la región y, por qué no decirlo, con el Perú. La meta es lograr que la corrupción, el sicariato, la inseguridad y los manejos oscuros se terminen para siempre. La meta es muy alta, pero sabemos que esto se puede lograr si es que las malas autoridades con sus cómplices pagan sus culpas en las cárceles donde deben estar todos aquellos que actúan al margen de la ley.
Las personas de buena voluntad tenemos el deber y la obligación moral de participar activamente en esta lucha. Fiorela Nolasco, ejemplo de mujer perseverante por alcanzar la justicia que todos debemos seguir, que Dios te bendiga.
Huarmey, 5 de junio de 2014
Juan Almeyda Sung
Profesor y comunicador social