OPINIÓN. Áncash en alerta máxima
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:31:30 pm
Pero las cosas han cambiado, la región pasa por una grave crisis, que es la corrupción, instaurada en el corazón de la región, promovida y patrocinada por el gobierno de turno, sus seguidores, concejeros, funcionarios, jueces, fiscales, congresistas, policías, periodistas, empresarios medios de comunicación, sicarios, bandoleros, etcétera.
Lamentablemente algunos candidatos están dormidos en su letargo y preocupados por sus empresas o por sus empresarios o auspiciadores. La mayoría está preocupado por su futuro político y encantados con sus campañas; pero nadie se ha preocupado por hacer un análisis de lo que está pasando en nuestras región y decir marquemos la diferencia de los gobernantes corruptos y erradiquemos esta lacra social que la tenemos hasta en la sopa ¿Cuántos se han preocupado por ello? ¿Quiénes se han preocupado por llamar a una concertación ciudadana, para reivindicar a la región y a la gente que ha sido dañada por la mafia corrupta? ¿Seguiremos con la improvisación y el clientelaje político?
No dudamos que pueden haber candidatos honestos, pero ¿dónde están, como combaten el arribismo político? Señores candidatos, ustedes tienen el deber moral de pronunciarse sobre la grave situación por la que atraviesa esta golpeada región, deben de pronunciarse sobre el sicariato, “La Centralita”, las compras sobrevaloradas, el tráfico de influencias, la OEI, la inseguridad ciudadana, la inoperancia de casi todos los concejeros regionales y los malos funcionarios que se prestaron para tanta ‘cochinada’ en contra del sufrido pueblo ancashino, etcétera.
Aquí los más felices de todos son los famosos “empresarios” que ya vienen apostando por sus candidatos favoritos, es decir, por aquellos que desean llegar al poder para lucrarse, servirse y servir a sus socios que apuestan por la corrupción. Aquí cabe la pregunta ¿cómo hacer para que la historia no se repita, cómo saber si un candidato o futuro gobernante es corrupto o no?
De seguro, un candidato debe de ser elegido por du catadura moral, por su hoja de vida, por su perfil sicológico y no por los regalos que da o por sus promesas hechas en la campaña política.
A continuación presentamos 5 recomendaciones para elegir a un buen candidato, presentado por Antonio de Jesús Aranda Correa, maestro en Administración y licenciado en Administración de Empresas del Instituto Tecnológico Regional de Mérida, México.
- Ante todo, la experiencia en la gestión gubernamental es muy importante. Infórmate del currículum de tus candidatos y compara su experiencia y formación en cargos similares al que se postula. ¿Qué licenciatura o estudios posee y en qué áreas?, ¿cuáles son sus competencias para administrar?, ya que es indispensable que en el nivel de gobierno que fuere tenga la adecuada preparación para el cargo por el que compite. Esto te dará una idea de sus habilidades, aptitudes y competencias para el puesto.
- Fíjate muy bien de su estilo de vida y estatus social. ¿Es soltero o casado?, ¿tiene Hijos?, ¿es estable en sus relaciones o se ha divorciado varias veces?, ¿creció en el seno de una familia tradicionalista, funcional o disfuncional? Indaga dónde estudió, en dónde nació y en dónde ha vivido. ¿Quiénes son sus amistades y que círculos sociales frecuenta?, ¿hace o no deporte y/o alguna labor social?, ¿qué religión profesa o cuáles son sus creencias? Lo anterior te dará mayor conocimiento sobre su filosofía de vida, cultura y valores, así como de cuál será la ideología o línea de su gobierno en caso de resultar electo.
- No menos importante es observar su entorno mediático, es decir aquellas gentes que los rodean, ya que es muy probable que éstos personajes formen parte de su gabinete o funcionarios de confianza. Aquí incluimos a la gente del partido que lo postula y sus antecedentes, las relaciones con empresarios y su cercanía a la sociedad, ¿cómo se comporta en diferentes escenarios y ante distintos auditorios? Si es posible, asiste a algún evento de cada uno de ellos y observa quienes lo siguen, si tiene personal de seguridad, quienes son su gente de logística y apoyo. Así podrás darte cuenta que tan cercano está a la gente y como trata a sus diferentes públicos. Si es paciente y escucha, o es falso y solamente está “posando para la foto”. Así sabrás quien o quienes tendrán injerencia en su toma de decisiones de llegar al poder y que tan auténtico parece.
- Igualmente considera su historial como político; si los cargos que ha tenido anteriormente los ha terminado y qué resultados ha dado; si ha tenido problemas en su partido o se ha cambiado de un partido a otro. Así podrás darte cuenta si estás ante un candidato confiable y un político de convicciones o simplemente se trata de un “trepador” o “chapulín” que salta de cargo en cargo o de partido en partido, sin importar si cumplió con sus compromisos y encomiendas anteriores. También podrás conocer si se ha manifestado como una persona íntegra, responsable y honesta y, lo más importante, comprometido con la ciudadanía. O bien si solo se trata de un “figurín” quien ha sido confeccionado por el marketing y la publicidad de los medios.
- Por último, tómate el tiempo en analizar realmente su plataforma política. Si sus propuestas de gobierno son innovadoras y originales o es un “copy paste” de otro. Si además estas son viables o simplemente se quedarán, como en su mayoría, en promesas de campaña.
CON RESPECTO AL TEMA MUNICIPAL
En Huarmey, la ciudadanía quiere cambios, por lo desastroso que se ha demostrado en el manejo municipal, debido a que las autoridades no han hecho caso al clamor popular sobre la contaminación ambiental, la corrupción, la improvisación y la imposición de gente inexperta en las gerencias y áreas administrativas de la comuna, lo cual no ha permitido el desarrollo de la provincia.
Seguidamente presentamos ciertos concejos que nos da Samuel Vial para elegir a un buen alcalde y buenos concejales:
- Criterio de suficiencia profesional. Nuestro futuro alcalde o concejal requiere poseer ciertas capacidades duras y blandas mínimas. Entre las duras: conocer la comuna, saber de cierta reglamentación básica comunal, conocer de gestión, saber hablar y escribir con corrección, etc; entre las blandas: saber escuchar, trabajar en equipo, empatía, algo de creatividad, etc.
- Criterio de honorabilidad. No tener noticias de que haya sido un delincuente o que si bien no ha sido declarado reo, nosotros estimemos que debería estar preso. Que cumpla la palabra empeñada y que sea un hombre o una mujer equilibrada en sus valores y en su personalidad.
- Criterio de independencia partidista. No significa que todo miembro de un partido no puede llegar a ser independiente para tomar decisiones públicas. Claro que puede. Lo que es exigible a éste es que jamás sobreponga los intereses de su partido a los de su comuna. Que no use los recursos de su comuna para difundir el ideario de su partido. Es cierto que los elegidos necesitan para gobernar gente que comparta su propuesta, pero en ningún caso deben llenar su municipalidad de militantes o de operadores políticos de su partido.
- Criterio de independencia económica. Debemos desconfiar de los candidatos cuyas campañas son millonarias. Tengamos plena certeza que para vencer vendió su elección a algunos donantes y en el ejercicio de su cargo no será libre para decidir. Y si un alcalde o concejal no es libre para decidir sobre el bien común, entonces primarán los intereses de pocos por sobre los de la comunidad.
- Criterio de dormitorio territorial. El alcalde o concejal debe vivir en la comuna que administra. De 9 a 18 horas no sirve ni basta. Se ve mal que una comuna para ser bien administrada necesite que venga alguien de otra comuna a mejorar su gestión. Y no es verdad que no tenga un buen vecino para que sea su alcalde o concejal, más bien son los partidos o bloques los que para equilibrar y mantener sus redes de poder, les envían candidatos desde las comunas en que usualmente duermen los líderes.
- Criterio de renovación de rostros. Tiendo a apoyar la reelección una sola vez. Más de dos reelecciones inevitablemente sobrevienen las prácticas y conductas corruptivas; la ausencia de ideas y proyectos reales para mejorar la comuna; la prepotencia y la soberbia de los reelegidos; la pérdida de equilibrio personal, etc.