Estudio de destacado investigador de la UNS gana concurso del Ministerio del Ambiente
Creado el Jueves, 13 de Julio del 2023 04:49:08 pm
Un trabajo de investigación del catedrático Rómulo Loayza Aguilar y de los biólogos Raúl Valencia y Gustavo Valencia, egresados de la Universidad Nacional del Santa (UNS), ha demostrado que la valva de la concha de abanico ayuda a reducir los niveles de contaminación de dióxido de carbono (CO2).
El estudio realizado en 2021, gracias a una alianza estratégica entre la UNS y las empresas Nemo Corporation y Acuapesca, acaba de ser declarado ganador de un concurso nacional organizado por el Ministerio del Ambiente con la finalidad de buscar investigaciones y aportes para mitigar los efectos del cambio climático.
A través del Grupo Impulsor de Acción Climática de la Academia, dicha cartera ministerial dispuso que se formen dos categorías: Senior (universidades, estudiantes de posgrado y empresas) y Junior (estudiantes de pregrado), a fin de que aporten sus trabajos académicos y de investigación efectuados en los últimos cinco años.
El doctor Rómulo Loayza presentó su investigación denominada “Carbono inmovilizado en valvas de concha de abanico de cultivos industriales en Perú y mercado de carbono”, la cual fue evaluada junto a más de 220 propuestas. El grupo impulsor declaró finalista al docente santeño y, la tarde del miércoles 12 de julio, fue la presentación de la ‘policy brief’ (síntesis del estudio).
El trabajo fue elegido ganador por su aporte a la reducción de los efectos del cambio climático ya que demostró que la valva de la concha de abanico absorbe el dióxido de carbono que se encuentra en el mar y que puede servir para un mercado de bonos de carbono.
“Las conchas de abanico secuestran (absorben) el CO2 que está en el agua, lo biomineraliza y lo inmoviliza por miles de años. Las valvas es una forma segura de sumidero de carbono (depósitos naturales). Recordemos que hay un problema para los empresarios acuicultores que es el desecho de las valvas, pues no hay botaderos oficiales; entonces, con esto podemos generar un mercado, siempre y cuando se implemente una ley”, explicó Loayza Aguilar.
Precisó que su estudio demuestra que las valvas no deben ser consideradas un desperdicio, sino un biomaterial valioso que puede reutilizarse para obtener beneficios ambientales y económicos, es decir, un recurso con valor agregado en el mercado voluntario de carbono.
“Si las empresas que cultivan conchas de abanico colocaran sus valvas en este mercado, tendrían certificaciones verdes y practicarían la economía circular. Además, como contienen carbonato de calcio, podrían usarlas para la preparación de ladrillos, cemento, refractarios y otros materiales para la construcción de pistas, edificios”, argumentó. (RSD Noticias).