Áncash: siembran 210 variedades de papas nativas en las alturas de Pamparomás
Creado el Martes, 5 de Diciembre del 2023 05:05:45 pm
El campo semillero de papas nativas está ubicado a 3100 metros de altura sobre el nivel del mar en el caserío de Carachuco, distrito de Pamparomás en Áncash. Hasta allí hemos llegado para sembrar 210 accesiones (variedades) junto a un grupo de pequeños productores de la zona. La labor empieza en la parte más alta con el surcado del terreno y terminará en el lado más bajo ya con todas las semillas bajo tierra. Un trabajo que demanda bastante esfuerzo físico y el suficiente conocimiento técnico para lograr un buen rendimiento en calidad y cantidad.
El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (SEDIR), institución que capacita a agricultores de Moro y Pamparomás, promueve la conservación de la cultura milenaria peruana con la siembra de las papas nativas con la finalidad de evitar su extinción (celular 943 419045) Las papas tienen un sinfín de formas y colores que llevan nombres curiosos, que los propios campesinos les ponen, como puño de gato, lengua de vaca o cacho de toro. Mientras que otras variedades todavía no tienen un nombre específico y solo se las reconoce con códigos.
“El año pasado sembramos 198 variedades y ahora hemos incrementado a 210 y eso significa un buen avance en nuestro objetivo de conservar las papas nativas. Tenemos la obligación de conservar algo que nos dejaron nuestros antepasados”, explicó Wilmer Alegre, técnico de SEDIR. Ya en años anteriores también se hizo lo mismo en los caseríos de Nununga, Pucará, Ocshapampa y Huarac Hurán también del distrito de Pamparomás en Áncash
Las actividades de SEDIR se desarrollan en el marco del proyecto de cooperación con la Fundación Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo (LED).
TECNIFICACIÓN
Los productores aprendieron, por ejemplo, que las semillas deben tener una distancia entre 30 y 40 cm., mientras que la separación entre surcos debe tener unos 80 cm. en promedio. Aquellos criterios básicos permitirán que la planta y el tubérculo tengan un óptimo desarrollo. “Siempre necesitamos tener nuevos conocimientos para mejorar nuestros cultivos. Las papas que nosotros producimos son bien ricas y arenosas”, comentó Martín Barahona, quien está acompañado de su hijo de 4 años y de algunos primos.
La siembra se realiza en noviembre porque se aprovecha las lluvias que llegarán en los próximos días. El cultivo solo se riega con agua de lluvia y luego vienen otras fases como el aporque y la floración. La cosecha se realizará aproximadamente en mayo de 2024.
El campo de conservación de papas nativas literalmente está en la cima del cerro y en donde el calor y el viento compiten por mostrar quien es más fuerte ante la presencia humana. En esas condiciones trabajan nuestros hermanos, un puñado de peruanos, para preservar nuestra cultura.
Fuente: Sedir