Sabías que?
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:06 pm
¿Cómo no han de sentirse implicados los llamados a la vida consagrada? En el Sínodo se ha percibido claramente la herida de la desunión todavía existente entre los creyentes en Cristo, y la urgencia de orar y de trabajar en la promoción de la unidad de todos los cristianos. La sensibilidad ecuménica de los consagrados y consagradas se reaviva también al constatar que el monacato se conserva y florece en otras Iglesias y Comunidades eclesiales, como es el caso de las Iglesias orientales, o que se renueva la profesión de los consejos evangélicos, como en la Comunión anglicana y en las Comunidades de la Reforma.El Sínodo ha puesto de relieve la profunda vinculación de la vida consagrada con la causa del ecumenismo y la necesidad de un testimonio más intenso en este campo. En efecto, si el alma del ecumenismo es la oración y la conversión[245], no cabe duda que los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica tienen un deber particular de cultivar este compromiso. Es urgente, pues, que en la vida de las personas consagradas se dé un mayor espacio a la oración ecuménica y al testimonio auténticamente evangélico, para que, con la fuerza del Espíritu Santo, sea posible derribar los muros de las divisiones y de los prejuicios entre los cristianos.