Informe de la semana: Construyendo una comunidad de todos y para todos
Creado el Viernes, 7 de Septiembre del 2018 08:13:37 am | Modificado el 11/10/2021 04:39:44 pm
Estaba sordo y hablaba con dificultad, excluido por su comunidad, marginado y sin esperanzas. Esa era la condición de un hombre despojado de su dignidad a causa de su discapacidad. De pronto, alguien se entera que Jesús de Nazaret pasará cerca, se corre la voz y deciden llevar a ese hombre a los pies del Mesías.
Las diferencias sociales y económicas son inventos del hombre para justificar su ego, discrepando con la fe, que es acogedora y misericordiosa y busca hacer comunidad donde todos participen por igual, “cada uno con la capacidad que tiene”, explica el sacerdote Eduardo Pimentel Carranza.
Cuando es presentado ante Jesús un hombre sordomudo, él lo lleva a un lado, se acerca, se conmueve y va a la acción: le sana de su discapacidad. En una sociedad cerrada, que vive para los que son “normales”, quienes son diferentes la pasan mal, como antes, como ahora.
Cuando Jesús llama a los que han sido despojados de su dignidad, ya sea por ser pobres, tener una discapacidad o estar enfermos, nos está diciendo que todos somos valiosos para Dios, con nuestras diferencias, capacidades e incluso nuestros errores, pero hay una cosa que se nos pide: misericordia. La fe no separa, une, junta a una sola mesa a toda la humanidad.
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