Hoy día celebramos a Santa Ángela de Foligno
Creado el Miércoles, 4 de Enero del 2017 01:13:22 pm | Modificado el 11/10/2021 04:38:29 pm
Ángela de Foligno es una de las grandes místicas y contemplativas de la Edad Media junto con Santa Catalina de Siena y Santa Catalina de Génova. La beata tenía una personalidad muy característica y dentro del movimiento franciscano es figura fuera de lo común. Se cree que nació hacia 1248 en Foligno, Italia central. Pertenecía a una familia cristiana. Se casó con un hombre rico y tuvo varios hijos. Durante la primera parte de su vida, Ángela, no solo fue poco devota, sino verdaderamente pecadora, le encantaban las juergas y las fiestas.
Pero, en 1283, su madre, a la que profesaba un gran cariño, murió al poco tiempo. Algo más tarde murió también su esposo y luego sus hijos, tenía 35 años. Estas muertes la hicieron sufrir en alto grado, pero al mismo tiempo sirvieron para hacerle crecer en el camino de la perfección, entregada totalmente a los designios de la Providencia divina, que nunca se equivoca.
Entonces Santa Ángela decidió vender absolutamente todos sus bienes, reparte el dinero entre los más necesitados, y se dedica a una vida de contemplación. Su conversión no fue, como de ordinario, progresiva, sino súbita y gozosa. Dios le hizo comprender inmediatamente la vida pecaminosa que llevaba. La beata no fue a ningún convento, sino que decidió vivir el espíritu franciscano en el mundo.
Fue tan grande el amor que tuvo hacia la Pasión y Muerte del Señor, que le bastaba mirar una imagen de Jesús doliente o escuchar hablar del sufrimiento de Dios para que se enrojeciera su rostro y quedara como en éxtasis, entraba en visiones celestiales.
Aparte de su Autobiografía también se le atribuyen unas exhortaciones, algunas epístolas y un testamento espiritual. La beata Ángela murió gozosa y apaciblemente el 4 de enero de 1309. Ese día se celebra su fiesta en la Orden Franciscana. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia del convento franciscano de Foligno y pronto desde allí se manifestaron muchos milagros. El papa Clemente XI aprobó el culto el 30 de abril de 1707.
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