EDITORIAL SODOMCO: la compasión
Creado el Lunes, 30 de Mayo del 2016 09:54:02 am | Modificado el 06/10/2021 01:28:49 pm
En el contexto de los 800 años de vida que cumplimos los dominicos, no hace mucho en la ciudad de Lima falleció la hermana Reginalda Ríos, misionera dominica del Rosario.
Sin duda alguna no nos equivocamos al sintetizar su vida con las mismas palabras con las que Pero, el apóstol, resume la vida de Jesús de Nazaret: “El pasó entre nosotros haciendo el bien”.
Ciertamente así fue la vida de madre Reginalda en tierras quillabambinas, en la selva del Cusco, a donde su pasión por Cristo y por la humanidad la llevó desarraigándola de su tierra salmantina española en 1952.
Obstetra de vocación recibió con suma entrega y cuidado la vida de nuevas personas que venían a este mundo cual verdadero regalo divino. Y como su amor era grande por la gente y el amor es creativo siempre estaba abriendo nuevos caminos para cuidar la vida, sobre todo la más frágil y abandonada.
Los presos, los campesinos y los ancianos eran los preferidos de su corazón. En su compromiso con los encarcelados que visitaba cada domingo, junto con otras personas, promovía su bienestar y rehabilitación. Y cuando una enfermedad degenerativa le impuso limitar sus salidas a la calle, ella misma abrió las puertas de su comunidad para recibir allí a los ancianos y mujeres y ofrecerles una comida caliente pero sobre todo un oído y una palabra amiga.
Madre Reginalda murió a los 91 años. Y ella que pasó entre nosotros haciendo el bien encarnó la tradición dominicana en todo aquello bueno que nos ofrece y que siempre es mejor a cualquier error que en el tiempo se haya podido cometer.
Como buena hija de Domingo de Guzmán, la compasión por el otro ha sido su sello de identidad.
Compasión que en la tradición dominicana no significa propiedad ni exclusividad de los dominicos sino carisma y recordatorio para la Iglesia y para el mundo de que hay otra manera de ser creyentes, de ser personas, de realizarnos en la vida y de promover cambios en la sociedad.
La compasión es un triunfo del amor sobre el propio ego porque nos saca de nosotros mismos. De ser autorreferenciales. Y nos abre de modo afectivo y efectivo al otro y su dolor para pasar por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal.
P. Rodolfo Luna Umeres, O.P.
Director de Radio Veritas RTV
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