EDITORIAL SODOMCO | “Este pobre gritó y el Señor escuchó”
Creado el Martes, 13 de Noviembre del 2018 04:08:14 pm | Modificado el 06/10/2021 01:33:27 pm
Una de las características de las grandes figuras de quienes siguieron el camino de Jesús, a imitación de Santo Domingo de Guzmán, fue San Alberto Magno, maestro de Santo Tomás de Aquino, que contribuyó con su conocimiento a que nos fijemos en los cristos pobres de hoy.
El 18.11.2018 se celebra la II Jornada Mundial de los pobres con el tema: Este pobre gritó y el Señor lo escuchó (Sal 34,7)
Dios escucha el grito de los pobres. Nos invita a todos a escuchar ¿Cómo es que este grito, que sube hasta la presencia de Dios, no consigue llegar a nuestros oídos, dejándonos indiferentes e impasibles?
Es el grito de los pobres de nuestra nación que exigen una mejor calidad de vida y resolver los problemas de justicia para que exista paz y una reforma profunda que toque las estructuras injustas por unas más justas y humanas.
Esto exige una respuesta. “La respuesta de Dios al pobre es siempre una intervención de salvación para curar las heridas del alma y del cuerpo, para restituir justicia y para ayudar a reemprender la vida con dignidad” nos recuerda el Papa Francisco. ¿Cuál es la respuesta de la mayoría parlamentaria frente a la exigencia del pueblo de restituir la justicia para emprender una vida con dignidad? Parece que hay una sordera y una soberbia que no escucha, sino aferra al poder, a quienes no deberían seguir ejerciendo el derecho y la justicia, mientras no sean investigados.
La respuesta de Dios es liberar: “El pobre de la Biblia vive con la certeza de que Dios interviene en su favor para restituirle la dignidad. La pobreza no es algo buscado, sino que es causada por el egoísmo, el orgullo, la avaricia y la injusticia”
Liberar al pueblo de la injusticia, fruto de la soberbia y de la avaricia del poder, es una tarea de todos, para cumplir la salvación de Dios en nuestra historia. Que cada uno tomemos conciencia y responsabilidad de hacer cada día mejor las cosas, para devolverle al país su dignidad y los valores éticos que tanto necesitamos.
Que San Alberto Magno, nos estimule a estudiar las causas, consecuencias de la pobreza y buscar soluciones desde un acuerdo nacional donde los políticos trabajen de verdad como servidores del pueblo, buscando la justicia para que exista la paz social, que necesitamos.
Fr. Héctor Herrera, o.p.
Foto: El Confidencial
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