Creado el Lunes, 15 de Mayo del 2017 11:29:26 am | Modificado el 06/10/2021 01:31:11 pm

Por fray Héctor Herrera*

Celebramos el centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova de Iría, Fátima, a tres humildes pastorcitos Francisco y Jacinta Marto y Lucía dos santos, a quienes les manifestó: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. Como nos recuerda nuestro Papa Francisco: “el encuentro con la Virgen fue para ellos una experiencia de gracia que los hizo enamorarse de Jesús. Como tierna y buena maestra, María introdujo a los pequeños videntes en el conocimiento íntimo del Amor Trinitario llevándolos a saborear a Dios como la más bella realidad de la existencia humana”
María quiere que nos enamoremos de Jesús en el corazón de nuestras familias, para convertirnos, ser padres amorosos y tiernos con los hijos cultivando el amor y la dignidad de cada persona.
Convertirnos en la sociedad practicando la verdad, transparencia, respeto por la vida y dignidad de todo ser humano, amor y honestidad por el bien común del país, que venza el odio, el orgullo y la soberbia. Orar y trabajar por la paz eliminando la violencia en la vida familiar, social, política, cultural y religiosa.

Cien años después la humanidad no tiene paz, porque ha perdido el sentido de Dios en sus vidas. Se lanza a una carrera armamentista, los traficantes de armas, como dice el Papa Francisco, no les interesa la vida de los pobres. ¡De la guerra nuclear, de una autodestrucción incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!, clamaba Juan Pablo II.

Rezad el rosario en familia para que exista unidad y paz. El rosario es una corona de rosas, nos vuelve la mirada a Jesús, encarnando su Palabra para que tengamos vida, creciendo y madurando como personas, practicando la solidaridad en el encuentro con el otro, trabajar por la dignidad de los que sufren persecución o son víctimas de la trata de personas, migrantes, escuchar el grito de los pobres para que tengan una mejor calidad de vida. Jesús vive, Él nos da a su madre como madre nuestra. El Papa Juan Pablo II, después del atentado el 13.5.1981 decía: « Madre de los hombres y de los pueblos, Tú conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, Tú sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que sacuden al mundo, acoge nuestro grito dirigido en el Espíritu Santo directamente a tu Corazón y abraza con el amor de la Madre y de la Esclava del Señor a los que más esperan este abrazo, y, al mismo tiempo, a aquellos cuya entrega Tú esperas de modo especial. Toma bajo tu protección materna a toda la familia humana a la que, con todo afecto a ti, Madre, confiamos. Que se acerque para todos el tiempo de la paz y de la libertad, el tiempo de la verdad, de la justicia y de la esperanza ». (Consagración del Mundo al Corazón Inmaculado de María 07.6.1981).
Fray Héctor Herrera Herrera
Director de Radio San Martín de Arequipa
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