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Conoce a Santa Rita de Casia, “santa de los imposibles”
Creado el Martes, 23 de Mayo del 2023 05:47:18 pm
Cada 22 de mayo la Iglesia Católica celebra a una de las santas más queridas y populares de todos los tiempos: Santa Rita de Casia.
Su nombre de pila fue “Margherita”, de donde probablemente venga “Rita”, como una forma abreviada -y afectuosa- de llamarla. Sea así o no, el nombre “Rita” evoca muchísimas cosas bellas, empezando por el amor a Cristo y la ternura que Dios derrama sobre los que sufren.
Rita fue una mujer sencilla y a la vez extraordinaria. Siendo adolescente se sintió llamada a la vida religiosa, pero sus padres no estuvieron dispuestos a apoyarla y decidieron casarla. Ella, por obediencia, aceptó contraer matrimonio. Lamentablemente, lo que vendría después sería muy doloroso para ella, ya que su esposo resultó ser un hombre violento y empezó a maltratarla.
Con el tiempo, sin embargo, gracias a su adhesión al Señor crucificado, a su oración constante y a su entereza -siempre dispuesta a devolver bien por mal-, Rita logró que su marido cambiara de vida y se convirtiera. Precisamente por eso esta santa mujer ha merecido el sobrenombre de “la santa de los imposibles”.
Santa Rita de Casia no sólo es la patrona de las causas imposibles, también lo es de los necesitados.
Cuenta la tradición que una noche, estando en oración, Rita oyó que la llamaban tres veces por su nombre. Se incorporó y abrió la puerta de su habitación: frente a sí estaban San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan Bautista -de quien era muy devota-, componiendo una extraordinaria visión. Entonces, los tres santos la invitaron a que los siguiera fuera. Después de recorrer algunas calles, sintió que se elevaba en el aire y que de pronto una fuerza la conducía suavemente hacia Cascia (Casia), en dirección al monasterio de Santa María Magdalena.
Cuando volvió del éxtasis, se encontraba dentro del monasterio. Tras lo sucedido, las monjas agustinas se sintieron compelidas a recibirla.
Rita hizo su profesión religiosa ese mismo año (1417). Duras pruebas sufriría en el convento, pero el Señor no la abandonó. Por el contrario, la invitó a unirse a Él en el camino más difícil: el de su Cruz. Cristo le concedió sus estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. Son ampliamente conocidos los testimonios sobre la herida que Rita llevaba en la frente, herida que la acompañó por años y que despedía un olor repugnante.
Después de una grave y dolorosa enfermedad, Santa Rita de Casia murió el año del Señor de 1457. La herida de su frente desapareció y en su lugar quedó una mancha roja como un rubí, que exudaba una fragancia semejante a la de las rosas. ¡Cuán grande fue el amor de Santa Rita que Dios decidió adornarla con estos detalles!
Hoy, el cuerpo de la santa permanece incorrupto. (R.M. – RSD Noticias).