Papa Francisco: “La verdadera autoridad está en servir, no en explotar a los demás”
Creado el Domingo, 4 de Octubre del 2020 06:05:21 pm | Modificado el 11/10/2021 04:40:37 pm
Este mediodía, desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa Francisco reflexionó sobre la verdadera naturaleza de la autoridad, para lo cual se basó en el Evangelio de hoy, en el que Jesús, previendo su pasión y muerte, narra la parábola de los viñadores asesinos, para advertir a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo que están por emprender un camino errado.
Comparando el relato evangélico dijo que la imagen de la viña es clara, representa al pueblo que el Señor ha elegido y formado con tanto cuidado; los siervos mandados por el propietario son los profetas, enviados por Dios, mientras que el hijo es una figura de Jesús. Y así como fueron rechazados los profetas, también Cristo fue rechazado y asesinado.
Con esta dura parábola, Jesús pone a sus interlocutores frente a su responsabilidad, y lo hace con extrema claridad. Pero no pensemos que esta advertencia valga solamente para los que rechazaron a Jesús en aquella época. Vale para todos los tiempos, incluido el nuestro. También hoy Dios espera los frutos de su viña de aquellos que ha enviado a trabajar en ella. A todos nosotros, indicó el Santo Padre.
“En cada época, los que tienen autoridad, cualquier autoridad, incluso en la Iglesia, en el pueblo de Dios, pueden sentir la tentación de seguir su propio interés en lugar del de Dios. Y Jesús dice que la verdadera autoridad se cumple cuando se presta servicio, está en servir, no en explotar a los demás. La viña es del Señor, no nuestra. La autoridad es un servicio, y como tal debe ser ejercida, para el bien de todos y para la difusión del Evangelio. Es muy feo cuando en la Iglesia se ve que las personas que tienen autoridad buscan el propio interés”, sostuvo el sucesor de Pedro.
Refiriéndose a San Pablo, en la segunda lectura de la liturgia de hoy, el papa dijo cómo ser buenos obreros en la viña del Señor. Es la actitud de la autoridad y también la de cada uno de nosotros, porque cada uno de nosotros, en lo que le toca, tiene una cierta autoridad. Nos convertiremos así en una Iglesia cada vez más rica en frutos de santidad, daremos gloria al Padre que nos ama con infinita ternura, al Hijo que sigue dándonos la salvación, al Espíritu que abre nuestros corazones y nos impulsa hacia la plenitud del bien”, manifestó.
El Papa Francisco rezó el Ángelus y comentó la nueva encíclica, Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social, que ayer firmó en Asís, la misma que ofreció a Dios en la tumba de San Francisco, concluyo deseando un buen domingo y pidió: “Por favor, no os olvidéis de rezar por mí, buen almuerzo y hasta pronto”, concluyó.