La Palabra del día 31 de marzo del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:01 pm
Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces el, apoyándose en el pecho de Jesús, le pregunto Señor: ¿quién es? Le contestó Jesús: Aquél a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que tienes que hacer hazlo en seguida. Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él (Si Dios es glorificado en el, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará). Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contesto: ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.REFLEXIÓN.
La histórica Última Cena es la expresión del amor sin límites de Cristo y del desamor de sus discípulos.
1. Cenas. En el texto de ayer Jesús fue invitado por sus amigos a una Cena, en la cual, María le ungió con un perfume muy costoso. Hoy Jesús invita a sus amigos a su Última Cena. Según los sinópticos, en ésta Cena entregó su Cuerpo y su Sangre al instituir la Eucaristía. Además, en San Juan, en esta Cena el Señor se hizo servidor al lavar los pies de sus discípulos, manifestándoles su acogida y su perdón.
2. Paradoja. En la Cena que Jesús preparó para sus discípulos entregó lo mejor de sí: sus enseñanzas más sublimes y su vida misma en su Cuerpo y Sangre. Mayor expresión de amor no es posible. Paradójicamente, Jesús recibe extremas expresiones de desamor en la traición de Judas y en la negación de Pedro que el pre-anuncia. Así es como hoy los mismos creyentes pagamos a nuestro Señor.
- Cristo preparó para sus discípulos una Cena que la repetimos diaria y dominicalmente, participemos en ella con gratitud y con deseo de corresponder al derroche del amor de Dios por nosotros. Y hoy martes santo renovemos y fortalezcamos nuestra fidelidad a Dios y a todos nuestros seres queridos.
ISAÍAS 49,1-6.
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: Tu eres mi esclavo (Israel), de quien estoy orgulloso. Mientras yo pensaba: En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas, en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, -tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza-. Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel: te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.
SALMO 70.
Mi boca contará tu auxilio. A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R. Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza Y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me sostenías. R. Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Fray Luis Galindo,O.P.