Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:40 pm

y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Reflexión. Hoy sexto día de la octava navideña, seguimos reflexionando pasajes del evangelios posteriores al nacimiento de Jesús. Todos los personajes giran siempre en torno al Niño Jesús. Hoy san Lucas nos presenta a la profetiza Ana.
1. Personas ancianas. San Lucas presenta a Jesús rodeado de personas mayores, como Zacarías e Isabel, Simeón y Ana. Esto para resaltar que hasta su persona llega lo mejor de la Antigua Alianza, para indicarnos, al mismo tiempo, el inicio de la Nueva Alianza, al nacer de padres jóvenes, María y José.
2. Ana de Fanuel. Representa al resto fiel de Israel que esperaba el cumplimiento de las promesas de Dios, al igual que Simeón. Ambas personas ancianas al encontrarse con el Niño, que es el Mesías, ven sus sueños cumplidos, sus vidas cobran su pleno sentido, en adelante nada tienen que esperar.
3. Crecimiento. Los padres de Jesús eran plenamente creyentes, por lo tanto fieles a la Ley de Dios. Cumplidas las prescripciones, vuelven a su hogar de Nazaret. El Niño crece, como es el ideal de todo niño, pero no sólo en talla y edad, sino integralmente, es decir, en sabiduría y en gracia de Dios.
- Sigamos celebrando la Navidad, para que terminemos el 2015 con un profundo gozo espiritual, y del mismo modo comencemos el 2016. Ten un feliz día.

1 Juan 2,12-17. Os escribo, hijos míos, que se os han perdonado vuestros pecados por su nombre. Os escribo, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os escribo, jóvenes, que ya habéis vencido al Maligno. Os repito, hijos, que ya conocéis al Padre. Os repito, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os repito, jóvenes, que sois fuertes y que la palabra de Dios permanece en vosotros, y que ya habéis vencido al Maligno. No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo -las pasiones de la carne, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero-, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Salmo 95. Alégrese el cielo, goce la tierra. Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor. R. Entrad en sus atrios trayéndole ofrendas, postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. R. Decid a los pueblos: "El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente." R.

Fray Luis Galindo,O.P.

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