La Palabra del día 28 de junio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:13 pm
y se había gastado en eso toda, su fortuna;pero en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido, curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que, había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio le la gente, preguntando: ¿Quién me ha tocado el manto? Los discípulos le contestaron: Ves como te apretuja la gente y preguntas: ¿quién me ha tocado? El seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. El le dijo: Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud. Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro? Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: No temas; basta que tengas fe. No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo: ¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida. Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos, y con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: Talitha qumi (que significa: contigo hablo niña levántate). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar, tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.Reflexión. El Señor espera de nosotros una fe firme con una gran humildad para sentir necesidad de Él.
1. Fe y humildad. Dos casos: primero, Jairo, jefe de la sinagoga, rico e importante social y religiosamente. Le angustia la salud de su hija de 12 años, pero cree en Jesús. La edad es significativa, es el tiempo del compromiso, de la búsqueda de novio. Segundo, la mujer 12 años con flujo de sangre, enfermedad humillante, la apartaba de la comunidad, por la “impureza que significaba”. En Lev 15 ya la menstruación se consideraba impureza. Debía mantenerse a distancia de las personas, porque “hacía impuro a todo lo que entre en contacto con Ella”. Aquí también, se ve la gran fe y humildad de esta mujer.
2. Jesús conoce el corazón. Ante una fe y humildad así, Dios no es indiferente. Jesús se dispone a ir a casa de Jairo, quiere el contacto, busca el encuentro con los que le necesitan. La mujer quería quedar anónima, tal vez era su vergüenza, pero el Señor pregunta quién le tocó, por tres motivos: quiere encontrarse con Ella, mirarle a la cara; quiere darle la palabra, la mujer en ese tiempo no la tenía, Jesús le devuelve su dignidad y; quiere alabar su fe, ante una multitud que tal vez le seguía sólo por curiosidad, tantos podrían beneficiarse al tenerlo tan cerca, una mujer en esta condición les da una lección.
3. Respuesta de Dios. El Señor responde sosteniendo, fortaleciendo y acrecentando la fe de quienes le buscan: cuando Jairo encuentra un obstáculo para su fe, Tu hija ha muerto ¿a qué molestar ya al Maestro?, Le dice: no temas basta que tengas fe. A la mujer: Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad. Dios nunca deja sólo a quien cree y confía en Él. Allí puede iniciar una fascinante historia de amistad-amor con Él.
4. Nuestra necesidad de fe y humildad. También sufrimos males físicos, y espirituales que nos quitan la paz, alegría y la vida misma. El Señor no quiere la tristeza y la vida a medias. Él quiere encontrarnos, establecer una relación cotidiana con nosotros. La falta de experiencia personal de un encuentro con Él nos hace vivir la fe sin ilusión y sin alegría. En la alborotada casa de Jairo Jesús echa a todos. Ante su presencia los pregoneros de la muerte no tienen nada que hacer, toda señal de muerte, de tristeza debe desaparecer. Al pedir que alimenten a la niña, nos enseña que nuestra fe debe ser alimentada.
- Señor, gracias por la semillita de fe que has puesto en nuestros corazones, fortalécela con tu gracia y concédenos la humildad para reconocer nuestra necesidad de Ti. Ten un feliz día.
Primera lectura: Sabiduría 1,13-15;2,23-24. Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo impera en la tierra. Porque la justicia es inmortal. Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo; y los de su partido pasarán por ella.
Salmo 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Segunda lectura: 2 Corintios 8,7.9.13-15. Hermanos: Ya que sobresalís en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que nos tenéis, distinguíos también ahora por vuestra generosidad. Porque ya sabéis lo generoso que fue nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. Pues no se trata de aliviar a otros, pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar. En el momento actual, vuestra abundancia remedia la falta que ellos tienen; y un día, la abundancia de ellos remediará vuestra falta; así habrá igualdad. Es lo que dice la Escritura: Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba.
Fray Luis Galindo,O.P.