Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:26 pm

El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Reflexión. Dios a todos sus hijos nos ha revestido de dones. El don por excelencia es el Espíritu Santo, y nos ha dotado de manos, pies, ojos, etc. para servir a Dios haciendo el bien.
1. El Espíritu Santo. Todos lo hemos recibido en el Bautismo. Es el Espíritu que recibieron Moisés, los 70 ancianos, Eldad, Medad, como lo narra el libro de números. Moisés dice: “Ojalá todo el pueblo fuera profeta”. Este deseo se cumple en Pentecostés, todo el Pueblo recibe allí al Espíritu. Por eso nosotros somos pueblo de profetas, creemos, alabamos, bendecimos al Señor.
2. La mano. Cuán útil y necesarias son nuestras manos. Dios nos la dio para trabajar, colaborar con él en perfeccionar su creación. Nuestras manos son para servir u hacer el bien. En este sentido son también para tenderlas, abrazar, acariciar, expresar nuestro amor. No deben ser usadas para el mal que arruina la vida y hace perder el primer don, por eso, el Señor dice que sería mejor no tenerlas. Jesús resalta la gravedad del mal.
3. El ojo. Cuán bellos y útiles son nuestros ojos. Dios nos los dio para contemplar las maravillas de su creación; para contemplar su grandeza y su poder. Con ellos miramos a las personas, nos comunicarnos con ellas. Pero los ojos también pueden ser usados, como cuando miramos de mala forma a las personas, cuando comunicamos cosas negativas, o cuando miramos cosas malas en los medios de comunicación social.
4. El pie. Cuán imprescindibles son nuestros pies. Con nuestros pies caminamos detrás del Señor, somos sus discípulos. Discípulo es el que camina detrás de su Maestro. La vida cristiana en el NT se la define como camino. Con los pies andamos los buenos caminos de la vida. Pero también los pies pueden ser usados para el mal y muchos así lo hacen, caminan lugares equivocados y de maldad. Y así podemos perder nuestro primer don.
5. Don por excelencia. El Espíritu Santo, primer y más importante don, pero para hacerlo útil Dios nos dio manos para que con su fuerza podamos hacer siempre el bien. Nos dio ojos para que con su ayuda podamos admirarnos de las realidades bellas que Dios ha hecho y le podamos alabar. Nos dio pies para que con la inteligencia del Espíritu podamos ser de verdad discípulos, seguidores de Jesucristo.
- Agradezcamos al Señor por el Don del Espíritu Santo y comprometámonos a usar bien de los dones de los que el Señor nos ha dotado. Feliz domingo.

Primera lectura: Números 11,25-29. El Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar en seguida. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: Eldad y Medad están profetizando en el campamento. Josué, hijo Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: Señor mío, Moisés, prohíbeselo. Moisés le respondió: ¿Estás celoso de mí? ¡Ojajá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!

Salmo 18. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. La voluntad del Señor es pura y enteramente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y eternamente justos. Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado, ¿quién conoce sus altas? Absuélveme de lo que se me oculta. Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine: así quedaré libre e inocente del gran pecado.

Segunda lectura: Santiago 5,1-6. Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.

Fray Luis Galindo,O.P.

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