La Palabra del día 21 de mayo del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:08 pm
y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.”Reflexión. El texto de hoy es la tercera parte de la Oración Sacerdotal de Jesús. Un deseo que manifiesta al Padre es la unidad de sus discípulos. El amor es el motor de la unidad, y ésta es necesaria para la credibilidad de su mensaje.
1. Discípulos hoy. Jesús ora por los discípulos llamados históricamente a convivir con él, y también por los de siempre, por nosotros los que hemos creído a partir de la Palabra de aquellos, contenida en la Escritura y transmitida de generación en generación en la Iglesia.
2. Que sean uno. Es doloroso constatar que los creyentes en el único Dios no seamos uno. Son tres las religiones monoteístas: judíos, cristianos y musulmanes. Las tres tenemos a Abrahán como padre. Pero, es más doloroso aún que los discípulos de Jesús no seamos uno. Después de Católicos que venimos desde Jesús y los Apóstoles hay ortodoxos, luteranos, calvinistas, anglicanos, y decenas de miles de grupos salidos de estos y sectas. Además todos los grupos divididos reivindican ser iglesia de Cristo.
3. Ecumenismo. El Señor desea que acabemos con esta división, que nos miremos y vivamos como hermanos e hijos de un solo Padre. Sin esto no tenemos credibilidad ante quienes no creen y rechazan a Dios. Cada creyente tiene que buscar ser hermano de todos.
- El discípulo verdadero es presencia de Dios, donde se encuentre es presencia de Cristo, y es hermano y amigo de todos sin excepciones. Ten un feliz día.
Primera lectura: Hechos 22,30;23,6-11. En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos. Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó: "Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos." Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.) Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: "No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?" El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel. La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: "¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén tienes que darlo en Roma."
Salmo 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: "Tú eres mi bien." El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R.
Fray Luis Galindo,O.P.