La Palabra del día 21 de marzo del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:27:59 pm
Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no lo habéis traído? Los guardias respondieron: Jamás ha hablado nadie como ese hombre. Los fariseos les replicaron: ¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos. Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: ¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho? Ellos le replicaron: ¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas. Y se volvieron cada uno a su casa.REFLEXIÓN.
En este capítulo del evangelio de Juan se constata diversidad de opiniones acerca de Jesús. La mejor opinión tiene que partir de una experiencia personal de fe de cada creyente.
1. Confusión. Ante Jesús nadie queda indiferente, su modo de vivir y su mensaje siempre llaman la atención y generan diversas opiniones y actitudes frente a él. Por un lado hay gente con mente y corazón abiertos, se ve en él un profeta, el Mesías; pero, por otro lado, hay gente con prejuicios xenófobos, que siempre se equivocan.
2. Autoridades. Éstas ya no le toleran más, han decidido su desaparición, iba contra sus intereses ideológicos y personales. Pero no le pueden atrapar, porque no aún no ha llegado su hora. Además, su personalidad y sus palabras son tan cautivadoras que quienes le van a capturar quedan atrapados por la novedad de su mensaje.
- ¿Cómo vivo yo mi relación personal con Jesús? ¿lo reconozco en realidad como mi Dios y mi Señor? ¿soy cautivado diariamente por su Palabra? ¿vivo en consecuencia con la fe que profeso tener? Son preguntas personales apropiadas en este tiempo de cuaresma. Ten un feliz día.
JEREMÍAS 11,18-20.
El Señor me instruyó, y comprendí, me explicó lo que hacían. Yo, como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: "Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra vital, que su nombre no se pronuncie más." Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, pruebas las entrañas y el corazón; veré mi venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
SALMO 7.
Señor, Dios mío, a ti me acojo. Señor, Dios mío, a ti me acojo, líbrame de mis perseguidores y sálvame, que no me atrapen como leones y me desgarren sin remedio. R. Júzgame, Señor, según mi justicia, según la inocencia que hay en mí. Cese la maldad de los culpables, y apoya tú al inocente, tú que sondeas el corazón y las entrañas, tú, el Dios justo. R. Mi escudo es Dios, que salva a los rectos de corazón. Dios es un juez justo, Dios amenaza cada día. R.
Fray Luis Galindo,O.P.