La Palabra del día 20 de setiembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:24 pm
El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará. Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: De que discutíais por el camino Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quien era el mas importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: Quien quiera ser le primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mi; y el que me acoge a mi, no me acoge a mi, sino al que me ha enviado.Reflexión. Todo cristiano es seguidor de Jesús e imitador de su humildad y servicio.
1. Servidos no. Muchas personas en nuestra vida nos sirven de diversos modos, desde nuestros padres, nuestros maestros hasta todos los que encontramos e inter-actuamos a lo largo de nuestra vida. Pero es Dios el supremo “servidor del ser humano”. Después de crearnos, nos envió a su Hijo que se presentó del modo más sencillo: nació y vivió en una familia y en un pueblo sencillo, eligió a sus discípulos de entre la gente humilde. Y el máximo servicio fue entregar su vida por nosotros en la cruz.
2. Servidores si. Jesús quiere que sus discípulos sean así, humildes servidores suyos y de los demás. No quiere que sean pasivos y sin deseos de superación. Para ser servidores auténticos tenemos que trabajar y esforzarnos. De lo contrario nuestro servicio será simple. El cristiano no tiene que buscar ser “el mejor”, esto significa estar en competencia con los demás, sino, buscar ser siempre “mejor”, para ser y servir mejor.
3. Los servidos. El servicio tiene predilectos. Son las personas que se encuentran en necesidad, las más frágiles y humildes, entre ellos los niños. En tiempo de Jesús, no contaban como personas. Jesús toma un niño y lo abraza y dice que hay que acogerle. Todos tenemos siempre a nuestro lado personas frágiles, nuestra misión hacia ellos es cuidado, ayuda, respeto y cariño. Porque así somos todos tratados por el Señor.
- El auténtico discípulo de Cristo es el que se considera y busca ser un servidor de los demás y de su sociedad. Feliz domingo.
Primera lectura: Sabiduría 2,12.17-20. Se dijeron los impíos: Acechemos al justo, que nos resulta incomodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas y solo verlo da grima; lleva una vida distinta de los demás y su conducta es diferente; nos considera de mala ley y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se gloria de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará, y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenamos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de el.
Salmo 53,3-8. El Señor sostiene mi vida. Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mi con tu poder. Oh, Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras. Porque unos insolentes se alzan contra mí, y hombres violentos me persiguen a muerte sin tener presente a Dios. Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. Te ofreceré un sacrificio voluntario dando gracias a tu nombre que es bueno.
Segunda lectura: Santiago 3,16-4,3. Queridos hermanos: Donde hay envidias y peleas, hay desordenes y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba, ante todo es pura, y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No es acaso de los deseos de placer que combaten en vuestro cuerpo? Codiciáis lo que no podéis; y acabáis asesinando. Ambicionáis algo y no podéis alcanzarlo; así que lucháis y peleáis. No tenéis, porque no lo pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para derrocharlo en placeres.
Fray Luis Galindo,O.P.