La Palabra del día 17 de setiembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:24 pm
llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: "Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora." Jesús tomó la palabra y le dijo: "Simón, tengo algo que decirte." El respondió: "Dímelo, maestro." Jesús le dijo: "Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?" Simón contestó: "Supongo que aquel a quien le perdonó más." Jesús le dijo: "Has juzgado rectamente." Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama." Y a ella le dijo: "Tus pecados están perdonados." Los demás convidados empezaron a decir entre sí: "¿Quién es esté, que hasta perdona pecados?" Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz."Reflexión. El arrepentimiento destruye el prejuicio y alcanza el perdón de Dios.
1. Una pecadora. Una mujer pecadora viene a Jesús, no sabemos su pecado, podría ser prostituta, adúltera, esposa de un publicano, etc., no hay forma de saberlo. Pero lo que importa es su actitud ante Jesús: humildad, arrepentimiento, confianza, fe y generosidad, que le gana del Señor su acogida, ternura y perdón.
2. Un fariseo. El que invita a Jesús es un fariseo, es decir, un judío cumplidor de la ley, una buena persona. Tal vez para profundizar su amistad con Jesús, para ello se compartía una comida con alguien. Pero tiene un problema: sus prejuicios con los que juzga a Jesús; a la mujer ya la ha condenado. Pero se equivoca, Jesús sí es más que un profeta, y la mujer ya no es pecadora, está arrepentida a los pies de Jesús.
3. Jesús. Él es un hombre libre, acepta la invitación del fariseo, comparte con él la mesa y lo que implicaba. Acoge a la mujer y le permite realizar sus gestos de amor. En su gran corazón tienen espacio para todos: para los que le invitan a su casa y para los que vienen a él, en cualquier condición. Por eso al final da una gran lección al fariseo y concede el perdón a la mujer que ha suplicado su misericordia.
- Que nuestro corazón sea grande como el de Cristo, libre de prejuicios y condenas, y donde los demás encuentren bondad. Ten un feliz día.
1Timoteo 4,12-16. Querido hermano: Nadie te desprecie por ser joven; sé tú un modelo para los fieles, en el hablar y en la conducta, en el amor, la fe y la honradez. Mientras llego, preocúpate de la lectura pública, de animar y enseñar. No descuides el don que posees, que se te concedió por indicación de una profecía con la imposición de manos de los presbíteros. Preocúpate de esas cosas y dedícate a ellas, para que todos vean cómo adelantas. Cuídate tú y cuida la enseñanza; sé constante; si lo haces, te salvarás a ti y a los que te escuchan.
Salmo 110. Grandes son las obras del Señor. Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos merecen confianza: son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y rectitud. R. Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza, su nombre es sagrado y temible. R. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor, tienen buen juicio los que lo practican; la alabanza del Señor dura por siempre. R.
Fray Luis Galindo,O.P.