La Palabra del día 13 de noviembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:34 pm
bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejaran." Ellos le preguntaron: "¿Dónde, Señor?" Él contestó: "Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo."Reflexión. Nuestro texto presenta la segunda parte de la enseñanza de Jesús sobre la venida definitiva del Reino de Dios. Nos indica lo necesario para recibirlo dignamente:
1. Preparados. Para estar preparados nos da dos ejemplos: no tener la actitud de las personas de los tiempos de Noé y de Lot. Aquellas personas estuvieron centradas en su vida de pecado, sin pensar en el fin que les venía.
2. Hacer y evitar. Es necesario huir de los apegos terrenos, del mal y del pecado. Evitar volver atrás, lo pasado está. Tenemos que mirar y seguir para adelante, lo contrario de la mujer de Lot que por mirar atrás se quedó allí para siempre.
- El discípulo de Jesús no debe preocuparse por el final de los tiempos, ni por el cuándo vendrá, sino, debe estar preparado, haciendo siempre todo el bien posible. Ten un feliz día.
Sabiduría 13,1-9. Eran naturalmente vanos todos los hombres que ignoraban a Dios y fueron incapaces de conocer al que es, partiendo de las cosas buenas que están a la vista, y no reconocieron al Artífice, fijándose en sus obras, sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento, al aire leve, a las órbitas astrales, al agua impetuosa, a las lumbreras celestes, regidoras del mundo. Si, fascinados por su hermosura, los creyeron dioses, sepan cuánto los aventaja su Dueño, pues los creó el autor de la belleza; y si los asombró su poder y actividad, calculen cuánto más poderoso es quien los hizo; pues, por la magnitud y belleza de las criaturas, se descubre por analogía el que les dio el ser. Con todo, a éstos poco se les puede echar en cara, pues tal vez andan extraviados, buscando a Dios y queriéndolo encontrar; en efecto, dan vueltas a sus obras, las exploran, y su apariencia los subyuga, porque es bello lo que ven. Pero ni siquiera éstos son perdonables, porque, si lograron saber tanto que fueron capaces de averiguar el principio del cosmos, ¿cómo no encontraron antes a su Dueño?
Salmo 18. El cielo proclama la gloria de Dios. El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R. Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Fray Luis Galindo,O.P.