La Palabra del día 12 de julio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:15 pm
Y añadió: Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa. Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.Reflexión. Evangelizar es la revolución de la iglesia, dijo el Papa Francisco en Quito, y este es el mensaje del evangelio de hoy. Jesús envía a sus discípulos a proclamar su mensaje, los envía con lo indispensable, pues la eficacia de la misión no depende de recursos materiales, ni de conocimientos, sino, únicamente de Él, el discípulo es sólo un instrumento.
1. Evangelización. Difundir el Evangelio es el objetivo prioritario de la vida y la misión de los discípulos, de aquel tiempo y de siempre. Ellos no pueden ocupar su corazón, su mente y su tiempo en otros intereses. Los destinatarios, agradecidos, los sostendrán con sus bienes ya que reciben el bien supremo, impagable, el Evangelio que confiere la gracia y la eterna salvación.
2. Misión. La tarea que Jesús recibió del Padre, la comparte con sus discípulos, les manda predicar, y obrar como él, curar enfermos, expulsar demonios, etc. La mayoría de enfermedades físicas hoy se curan gracias a los adelantos milagrosos de la medicina y a los médicos, entre los cuales hay discípulos de Cristo, declarados o anónimos, que le prestan su inteligencia y sus manos para curar.
3. Sanación espiritual. Por otro lado, sacerdotes, consagrados, consagradas, catequistas, misioneros, e innumerables cristianos, curan y evitan enfermedades mediante los sacramentos, la predicación, la oración, la orientación, etc. así vencen al demonio y al pecado, causas primeras de las enfermedades físicas, psíquicas, morales y espirituales.
4. La misión hoy. La Iglesia, misionera por naturaleza, como la definen el decreto Ad gentes, del Concilio y la Carta encíclica Redemptoris misio, sigue en la lucha contra las enfermedades que amenazan con la paz y el bienestar del hombre y de la creación. Estas son el egoísmo, la avaricia, la injusticia social, la violencia, la pobreza, la corrupción, etc. Donde llega el Evangelio y la acción de los cristianos unidos a Cristo, el mal es descubierto y retrocede. Por eso la evangelización es la revolución de la Iglesia.
5. Pretensión del poder. Muchos poderosos buscan amordazar a la Iglesia, quieren que se limite a sus templos y a sus cultos, que no se meta en asuntos sociales, que no defienda la vida, que no promueva la dignidad humana, que no opte por los pobres, que no hable del cuidado de la creación, etc. Seguir a Cristo, hablar y obrar en su nombre, no su privilegio, sino, su deber y derecho, es vocación de todo bautizado. La palabra más eficaz brota de una vida unida a Cristo: Quien está unido a mí, produce mucho fruto. Sin mi nada pueden hacer.
- No hay pretextos para no escuchar y no seguir la Palabra, alegando que no se simpatiza con la Iglesia, con sus hijos o con predicadores que no cumplen lo que predican. Jesús dice: “Quien los escucha a ustedes, a mí me escucha, y quien los rechaza a ustedes, a mí me rechaza”. Fijémonos en el Buen Pastor y en los que le representan bien y seamos todos revolucionarios de la evangelización. Ten un feliz domingo.
Primera lectura: Amón 7,12-15. Ve y profetiza a mi pueblo. En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país. Respondió Amós: No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.
Salmo 84. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor: Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos. La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R. El Señor nos dará lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R.
Segunda lectura: Efesios 1,3-14. Nos eligió en la persona de Cristo, antes de Crear el mundo. Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. [Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.
Fray Luis Galindo,O.P.