La Palabra del día 11 de abril del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:03 pm
Las lecturas del evangelio son relatos de apariciones de Jesús Resucitado, experiencia que los apóstoles tuvieron de él y que nos transmitieron. Como primera lectura leeremos de modo continuo los Hechos de los Apóstoles.EVANGELIO DEL SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA: MARCOS 16,9-15.
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
REFLEXIÓN.
Jesús confía en sus discípulos, a pesar de su testarudez y falta de fe.
1. Incredulidad. Después de escuchar el Evangelio, seguramente quedamos con un poco de indignación por la incredulidad y dureza de corazón de los Once. Dos veces se les anunció: ¡El Señor ha resucitado!, ¡Está vivo! No podían recibir mejor noticia, debían saltar de alegría, pero no, no lo creen. ¡Y son los Apóstoles… columnas de nuestra fe!
2. Reproche. Ante la obstinación para creer, el Señor los reprocha, pero hace algo insólito. Si alguien nos falla, no volvemos a confiar. Jesús, en cambio, pese a la actitud que sus Apóstoles, les confía difundir su Buena Noticia al mundo y ser las columnas de su Iglesia. Es verdad que después de Pentecostés, los discípulos correspondieron plenamente al Señor, le entregaron todo, incluso su vida. Aquí una gran lección: la Iglesia no es obra de hombres, no lo puede ser, los Apóstoles se habrían quedado incrédulos, no habrían dado un paso... Si lo dieron fue porque recibieron el poder del Espíritu Santo y el mandato de Jesucristo. ¡Nuestra Iglesia es obra de Dios!
3. Nosotros. Tenemos tantos signos de la presencia del Resucitado, sin embargo, seguimos duros de corazón e incrédulos. O puede ser que si creemos, pero a intelectualmente, sin embargo, en la vida concreta vivimos y actuamos como los que no han recibido, ni creen en la Buena Noticia de Dios hecho hombre, muerto, resucitado y viviente entre nosotros.
- ¡Ánimo! Imploremos la fuerza del Espíritu Santo para ser creyentes de verdad, el Señor pese a nuestras debilidades y limitaciones confiar en nosotros, quiere que seamos testigos de su Resurrección. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
PRIMERA LECTURA: HECHOS 4,13-21.
Los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar: ¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre. Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron: ¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? Juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído. Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.
SALMO 117. TE DOY GRACIAS, SEÑOR, PORQUE ME ESCUCHASTE.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. El Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R./ La diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. R/. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor: los vencedores entraran por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. R/.
Fray Luis Galindo,O.P.