La Palabra del día 10 de abril del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:03 pm
de Jesús Resucitado, experiencia que los apóstoles tuvieron de él y que nos transmitieron. Como primera lectura leeremos de modo continuo los Hechos de los Apóstoles.EVANGELIO DEL VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA: JUAN 21,1-14.
Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: Me voy a pescar. Ellos contestan: Vamos también nosotros contigo. Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: Muchachos, ¿tenéis pescado? Ellos contestaron: No. Él les dice: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: Es el Señor. Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unos brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: Traed de los peces que acabáis de coger. Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: 153. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: Vamos, almorzad. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
REFLEXIÓN.
La Pesca en el Nuevo Testamento es símbolo del trabajo apostólico o de cualquier misión cristiana en el mundo.
1. Nueva aparición. Hoy tenemos la cuarta aparición del Resucitado, según san Juan. La primera fue a María Magdalena, la segunda a los discípulos sin Tomás, la tercera con Tomás. En ésta aparición, los discípulos habían vuelto a sus actividades de antes de su llamada, la pesca en Galilea, de donde habían sido sacados para ser pescadores de hombres. Nuevamente el Señor toma la iniciativa de venir a ellos. Ésta será la segunda y definitiva llamada de Jesús a sus Apóstoles.
2. Sin Jesús nada. Al haber recibido una misión los Apóstoles, ya no tenían que hacer las cosas sin el Señor. Sin embargo, parece que no cuentan con él. Toda la noche trabajaron en vano; pero, a la orden de Jesús la pesca es un éxito. Ante el hecho se dan cuenta que es él, que además los espera con una comida, que recuerda a la Eucaristía. Ya no tienen que pescar en Tiberíades, su mar es ahora el amplio mundo donde tienen que lanzar las redes del Evangelio. Ya no necesitan por sobre todo del pan material, él es su pan de vida, del que tienen que alimentarse y alimentar al mundo.
3. Vida nueva. Si hemos encontrado a Cristo, nuestra vida no puede seguir igual, nuestros quehaceres ya no serán como de personas sin fe. El cristiano lleva una vida distinta, con un sentido distinto. En y para todo cuenta con el Señor. No es posible que nuestra misión, en los diversos estados de vida, las realicemos sin su ayuda; la pesca sería vacía y el trabajo en vano. Además, la misión que se nos ha encomendado supera nuestras fuerzas, por ello no podemos prescindir de él.
- En toda nuestra vida, con todos sus espacios, responsabilidades, diversos tipos de relaciones con las personas, proyectos de vida, sueños, metas, dificultades y problemas, etc. contemos con la ayuda del Señor que nos aseguró su presencia continua. ¡Feliz Pascua!
PRIMERA LECTURA: HECHOS 4,1-12.
Mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan, se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Les echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron: ¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso? Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió: Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.
SALMO 117. LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS ARQUITECTOS ES AHORA LA PIEDRA ANGULAR.
1º Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R. 2º La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R. 3º Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, él nos ilumina. R.
Fray Luis Galindo,O.P.