La Palabra del día 09 de setiembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:22 pm
por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.Reflexión. Los dichosos y los desdichados.
1. Bien y malaventuranzas. San Mateo, como introducción al sermón del monte, pone ocho bienaventuranzas; san Lucas, como introducción al sermón en la llanura, pone solo cuatro, pero paralelamente pone cuatro ¡Ayes!, expresión profética típica para introducir una condena.
2. Dichosos. Son los pobres, los que lloran, los odiados, y los perseguidos. No porque esas situaciones sean buenas en sí mismas, sino porque al ser víctimas de la injusticia, del egoísmo y de la prepotencia de otros, Dios los reivindicará. Él Señor es cercano al sufrimiento de cada ser humano.
3. Desdichados. Son los ricos, los que tienen consuelo, los que ríen y los alagados por el mundo. No porque esas situaciones sean malas en sí mismas, sino porque a veces esas situaciones implican injusticia, autosuficiencia, materialismo, olvido de los demás y centrar la vida en sí y para sí mismos.
- Centremos nuestra vida en agradar a Dios y en servir a nuestros hermanos, para encontrar la verdadera dicha. Ten un feliz día.
Colosenses 3,1-11. Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. En consecuancia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. Esto es lo que atrae el castigo de Dios sobre los desobedientes. Entre ellos andabais también vosotros, cuando vivíais de esa manera; ahora, en cambio, deshaceos de todo eso: ira, coraje, maldad, calumnias y groserías, ¡fuera de vuestra boca! No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.
Salmo 144. El Señor es bueno con todos. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. R. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.
Fray Luis Galindo,O.P.