Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:19 pm

¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo. Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: ¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros? Les contestó: Por vuestra poca fe. Os aseguro que si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible.

Reflexión. La fe es el poder más grande con el que el hombre puede contar a lo largo de su vida.
1. Anónimo. Mateo al no identificar al hombre que se acerca a Jesús a pedirle compasión pretende que cada lector de su evangelio se identifique con él. Con ello busca que cada creyente se acerque a Jesús con esa fe, ante la cual todo se puede.
2. Discípulos. Los elegidos del Señor, en ese momento histórico, aún no tienen esa fe. Jesús realizó un proceso de formación con ellos. Sólo después de la Resurrección y Pentecostés es que moverán las montañas del mundo y las ganarán para Cristo.
3. Domingo. Esa fe experimentó Domingo de Guzmán en el siglo XIII, con ella fundó la Orden de Predicadores con la cual derribó montañas de ignorancia, de herejías, de corrupción y junto con Francisco de Asís logró la renovación de la vida espiritual de los cristianos. A su vez Santo Domingo se convirtió en fuente de inspiración de seguimiento de Cristo de tantos otros que llegaron a la cumbre de la santidad y son propuestos por la Iglesia como modelos perennes de fe.
- Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de una fe que sea capaz de mover las montañas de nuestra incredulidad, mediocridad, pereza y falta de ánimo para ser discípulos auténticos. Ten un feliz día.

Primera Lectura: Deuteronomio 6,4-13. Moisés habló al pueblo, diciendo: "Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales. Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra que juró a tus padres -a Abrahán, Isaac y Jacob- que te había de dar, con ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas rebosantes de riquezas que tú nos has llenado, pozos ya excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado, comerás hasta hartarte. Pero, cuidado: no olvides al Señor que te sacó de Egipto, de la esclavitud. Al Señor, tu Dios, temerás, a él sólo servirás, sólo en su nombre jurarás."

Salmo 17. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R. Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R. Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R.

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN. Era estudiante cuando se le nombró canónigo de la Catedral de Osma. Vivía en comunidad, bajo la regla de San Agustín. Cuando Diego de Acevedo fue elegido Obispo en 1201, le sucedió como prior del capítulo. Ambos fueron a Roma a pedir a Inocencio III que los enviase a predicar a los cumanos - Rusia. El Papa los exhortó a consagrarse a luchar dentro de la cristiandad por desarraigar la herejía. Domingo y el obispo pasaron por Citeaux, a cuyos monjes se les había encargado la lucha contra los albigenses. El sistema albigense se basaba en el dualismo del bien y el mal, al que pertenecía todo lo material. Por ende, los albigenses negaban la Encarnación y rechazaban los sacramentos. En 1206, fiesta de Santa María Magdalena, Domingo fundó en Prouille un convento con nueve monjas convertidas de la herejía. Hasta entonces había portado el hábito de Canónigo Regular de San Agustín y observado su regla. Pero, deseaba reavivar el espíritu apostólico, para eso proyectaba fundar un grupo de religiosos, que no serían necesariamente sacerdotes ni se dedicarían exclusivamente a la contemplación, sino que a ella unirían el estudio de las ciencias sagradas y la práctica del ministerio pastoral. Meses más después, Domingo acompañó al obispo al cuarto Concilio de Letrán. En 1215, Inocencio III aprobó el convento de Prouille y, verbalmente, la nueva fundación. Finalmente la Orden de Predicadores y sus constituciones fue aprobada por Honorio III, en 1216. Gregorio IX firmó el decreto de canonización de su amigo Santo Domingo en 1234.

Fray Luis Galindo,O.P.

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