La Palabra del día 06 de setiembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:22 pm
le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó le lengua: Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá (ábrete). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. El les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia proclaman ellos. Y en el colmo del asombro decían: Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.Reflexión. Muchos ciegos y sordos hoy necesitan ser curados por el Señor.
1. Sordomudo. El hombre del Evangelio vivía en desgracia, estaba privado de uno de los sentidos tan necesarios en la vida: el oído. Es maravilloso oír desde pequeños las palabras de cariño de las personas. Es bello escuchar la Palabra más amorosa y más verdadera que es la de Dios. Además, el hombre tampoco podía hablar, exteriorizar sus emociones, sentimientos, su mundo interno..., no tenía palabras para alabar y adorar a Dios. Podemos imaginar la frustración de esta persona. Y seguro que sintió la discriminación. Entonces, le llega la oportunidad de su vida, es llevado a Jesús. Él le da oído, el habla, le devuelve la dignidad, lo recrea y todo lo que hace lo hace bien.
2. Creación. El contexto de la curación, nos recuerda a la creación, Jesús lo lleva aparte, Dios creo a cada persona por separado, porque lo ama y valora de modo personal. Jesús usa sus dedos, el Sal 8 dice que los cielos son obra de los dedos de Dios. Jesús mete los dedos en los oídos, porque es un trabajo que hace con delicadeza. La saliva que pone en su lengua, también expresa el cuidado. Mira al cielo, es en comunión con su Padre del cielo. El suspiro nos recuerda al Gn 2,7, allí Dios sopló su aliento en el hombre. Dice: ábrete. Dios crea por medio de su Palabra. La gente dice asombrada: “todo lo hizo bien”. En la creación, después de cada día dice el autor sagrado: “y vio Dios que estaba bien”.
3. Predilección. Al curar a un desdichado Jesús nos enseña que los pobres: sordos, mudos, ciegos, cojos, enfermos, huérfanos, viudas y todas las personas que sufren o discriminadas son especiales para él. Ellos son los predilectos de Dios, como dice Isaías. Y en la carta de Santiago, se invita a no hacer acepción de personas y nunca despreciar a un pobre. Ante Dios todos somos pobres, huérfanos y desprotegidos. Especialmente somos sordos y mudos, actuamos como tales: sordos para escuchar a los demás, en especial a los que necesitan un oído. Somos sordos ante Dios que que siempre nos habla. Muchas veces también actuamos como mudos, no tenemos palabras de bien para los demás.
- Señor destapa nuestra sordera para poder oír y oírte, desata nuestra lengua para que nos salgan palabras de bien y de alabanza para ti.
Primera lectura: Isaías 35,4-7a. Decid a los cobardes de corazón: Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, os resarcirá y os salvará. Se despegaran los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mundo cantará. Porque han brotado aguas del desierto, torrentes de la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.
Salmo 145. R. Alaba alma mía, al Señor. Alaba alma al señor. Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a al os peregrinos. El Señor sustentará al huérfano y a la viuda y transforma el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.
Segunda lectura: Santiago 2,1-5. Hermanos: No juntéis la fe en Nuestro Señor Jesucristo con la acepción de personas. Por ejemplo; llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado. Al otro, en cambio: Estate ahí de pie o siéntate en el suelo. Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que prometió a los le aman?
Fray Luis Galindo,O.P.