La Palabra del día 05 de febrero del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:27:54 pm
Y añadió: Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa. Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.REFLEXIÓN.
El discípulo de Cristo comparte los beneficios que ha recibido de él con los demás.
1. Los fue enviando. En el evangelio Marcos, hemos visto a Jesús que comenzó su misión, que consiste en enseñar y curar las personas de todos sus males. En ese camino eligió Doce discípulos para que estén con él, aprendan de él y hoy vemos al Señor enviándolos a predicar.
2. Lo que llevan. Jesús al inicio de su misión no llevó nada de su casa, salió desprovisto de todo, su Padre proveería a sus necesidades. Ahora quiere que sus discípulos tengan la misma actitud para experimentar la Providencia. Irían sólo con su palabra, con su poder contra el mal y su capacidad para curar a las personas de sus males.
- Jesús nos envía hoy a transmitir su Palabra, a expulsar el mal de nuestras vidas y ayudar a los demás a ser personas libres. Ten un feliz día.
HEBREOS 12,18-19.21-24. Hermanos: Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: "Estoy temblando de miedo". Vosotros os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
SALMO 47. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra. R. El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R. Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre. R. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia. R.
Fray Luis Galindo,O.P.