La Palabra del día 04 de abril del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:01 pm
José tomó entonces el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia y lo colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del sepulcro y se fue. Mientras tanto, María Magdalena y la otra María estaban allí, sentadas frente al sepulcro. Al día siguiente (el día después de la Preparación de la Pascua), los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron a Pilato y le dijeron: «Señor, nos hemos acordado que ese mentiroso dijo cuando aún vivía: Después de tres días resucitaré. Ordena, pues, que sea asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Este sería un engaño más perjudicial que el primero.» Pilato les respondió: «Ahí tienen una guardia. Vayan ustedes y tomen todas las precauciones que crean convenientes.» Ellos, pues, fueron al sepulcro y lo aseguraron. Sellaron la piedra que cerraba la entrada y pusieron guardia.Reflexión. En éste día los creyentes quedamos junto al sepulcro del Señor meditando su muerte y esperando en oración su resurrección.
1. Silencio. Ésta es hoy la actitud de la comunidad cristiana. Todo se calla en las iglesias, las campanas y los instrumentos. Es un día propicio para profundizar, contemplar y agradecer el misterio de la muerte de Jesús. El sagrario queda abierto y vacío. La cruz sigue entronizada, ¡Dios ha muerto!.
2. Ausencia. Es día de dolor, reposo, esperanza y soledad. Cristo Palabra está callado después de su último grito en la cruz. Experimentamos el vacío, pero la fe nos ayuda a esperar y a no desalentarnos. Cristo está sepultado y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, esposa, callada, como él.
3. Corazón. El Sábado santo está en el corazón del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo. Día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos -no momentos cronológicos- de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado y resucitado.
- Aprovechemos este día para terminar de sepultar nuestra antigua vida de pecado, las maldades de nuestro corazón que aún nos esclavizan, para resucitar con Cristo a una vida nueva. Que te sea hoy un día de meditación y espera de la Vigilia Pascual.
Fray Luis Galindo,O.P.