La Palabra del día 03 de junio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:10 pm
lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella.” Jesús les respondió: “Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.”Reflexión. Los creyentes en Jesucristo tenemos un horizonte de vida que traspasa los límites temporales, esperamos en la Resurrección y en la vida eterna.
1. Dificultades. Durante estos días el evangelio de Marcos nos va presentando el enfrentamiento de Jesús con las autoridades religiosas del pueblo: sacerdotes, ancianos, escribas, fariseos y herodianos. Hoy son los saduceos, que le preguntan sobre la resurrección, en la que ellos no creían.
2. Ridículo. Con la pregunta y el ejemplo de la argumentación quieren ridiculizar la fe en la resurrección. Los fariseos creían en ella, pero la pensaban como un volver a la vida en el mismo sentido y con las mismas necesidades de la vida temporal. Por ello el problema de la esposa de siete hermanos.
3. Dios de vivos. Jesús señala que no se trata de un volver a vivir como en este mundo. Se trata de una vida plena, sin las necesidades de la vida carnal, sin las limitaciones espacio - temporales de la vida terrena. Es la resurrección de Jesús, que pasa a una vida plena, en la que se participa de la eterna bienaventuranza de Dios.
- Nuestra vida está destinada, no a terminarse en los pocos años que cada uno vivirá biológicamente, sino a ser eterna en la comunión con el Dios de vivos que resucitó a Jesús. Ten un feliz día.
Tobías 3,1-11a.16-17ª. En aquellos días, profundamente afligido, sollocé, me eché a llorar y empecé a rezar entre sollozos: "Señor, tú eres justo, todas tus obras son justas; tú actúas con misericordia y lealtad, tú eres el juez del mundo. Tú, Señor, acuérdate de mí y mírame; no me castigues por mis pecados, mis errores y los de mis padres, cometidos en tu presencia, desobedeciendo tus mandatos. Nos has entregado al saqueo, al destierro y a la muerte, nos has hecho refrán, comentario y burla de todas las naciones donde nos has dispersado. Sí, todas tus sentencias son justas cuando me tratas así por mis pecados, porque no hemos cumplido tus mandatos ni hemos procedido lealmente en tu presencia. Haz ahora de mí lo que te guste. Manda que me quiten la vida, y desapareceré de la faz de la tierra y en tierra me convertiré. Porque más vale morir que vivir, después de oír ultrajes que no merezco y verme invadido de tristeza. Manda, Señor, que yo me libre de esta prueba; déjame marchar a la eterna morada y no me apartes tu rostro, Señor, porque más me vale morir que vivir pasando esta prueba y escuchando tales ultrajes." Aquel mismo día, Sara, hija de Ragüel, el de Ecbatana de Media, tuvo que soportar también los insultos de una criada de su padre; porque Sara se había casado siete veces, pero el maldito demonio Asmodeo fue matando a todos los maridos, cuando iban a unirse a ella según costumbre. La criada le dijo: "Eres tú la que matas a tus maridos. Te han casado ya con siete, y no llevas el apellido ni siquera de uno. Porque ellos hayan muerto, ¿a qué nos castigas por su culpa? ¡Vete con ellos! ¡Que no veamos nunca ni un hijo ni una hija tuya!" Entonces Sara, profundamente afligida, se echó a llorar y subió al piso de arriba de la casa, con intención de ahorcarse. Pero lo pensó otra vez, y se dijo: "¡Van a echárselo en cara a mi padre! Le dirán que la única hija que tenía, tan querida, se ahorcó al verse hecha una desgraciada. Y mandaré a la tumba a mi anciano padre, de puro dolor. Será mejor no ahorcarme, sino pedir al Señor la muerte, y así ya no tendré que oír más insultos." Extendió las manos hacia la ventana y rezó.
Salmo 24. “A tí, Señor, levanto mi alma”. Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti no quedan defraudados, mientras que el fracaso malogra a los traidores. R. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.
Fray Luis Galindo,O.P.