Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:22 pm

¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús le intimó: ¡Cierra la boca y sal! El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: ¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen. Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

Reflexión. Jesús hace el bien a las personas con su enseñanza y liberándolos de sus males.
1. Programa. El texto de ayer nos presentaba el programa de acción de Jesús y el preludio de aceptación y rechazo que tendrá a lo largo de su misión. A partir del pasaje de hoy Jesús comienza a desarrollar todo lo que en el programa se indica.
2. Cafarnaún. Jesús fue rechazado en su pueblo, por ello, bajó a Cafarnaún que estaba en el cruce de dos vías importantes en Medio Oriente, era un punto de contacto obligado entre la gente. Era un lugar estratégico para la divulgación de la Buena Noticia.
3. Autoridad. La primera reacción de la gente es admiración del Señor por su enseñanza con autoridad. Hasta el momento nadie había hablado así, los maestros citaban a otros, Jesús enseña con propia autoridad, conoce aquello que dice, sabe los misterios de Dios.
4. Liberación. El primer milagro de Jesús en San Lucas, es la liberación del demonio. Génesis 3 anunció que el descendiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente. Aquí tenemos a Jesús, hijo de María, liberando a un hombre de la esclavitud de Satanás.
- Permitamos a Cristo que entre con autoridad en nuestras vidas y nos libere del mal que nos ata y nos impide ser felices. Ten un feliz día.

1Tesalonicenses 5,1-6.9-11. En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "Paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados. Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.

Salmo 26. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.

Fray Luis Galindo,O.P.

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