Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:25:09 pm

La violencia contra la mujer muchas veces tiene el rostro de la familia y no siempre el del puño de un hombre sediento de hacer sentir su fuerza sobre el otro. Tampoco es un mito ni una justificación que las mujeres propician la violencia cuando callan y se resignan a vivir todas las veces la miseria de ser infelices para toda la vida.

Sin embargo; en ninguna de las circunstancias, el género femenino puede ser sometido a la intolerancia masculina. Pues, la mujer (al igual que el varón) es un ser humano dotado de los derechos y deberes que reza la ley para todos.

Hace 12 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, solicitado por República Dominicana en memoria de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas dominicanas, asesinadas por órdenes del dictador Leónidas Trujillo, el 25 de noviembre de 1960.

No sólo se registra violencia doméstica, física o sicológica, sino que con frecuencia, muta a otra forma: el silencio y la complicidad con el agresor.

Solo en la República Democrática del Congo, 48 mujeres (entre niñas, adolescentes y adultas) son violentadas sexualmente cada hora; según el informe de la cadena BBC de Londres.

Sin ir muy lejos, en Nuevo Chimbote se han registrado más de mil doscientas denuncias por violencia familiar en lo que va del año. El 57% corresponde a la intimidación sicológica, el 39% están expuestas a los golpes y el 4%a han sido víctimas de violación; según informó Juan Pacheco Barreto, responsable del Centro de Emergencia Mujer y Casa Refugio.

“La violencia contra la mujer es una manifestación extrema de desigualdad de género”; refiere la Organización Mundial de la Salud y agrega que una de cuatro mujeres fue violada en algún momento de su vida y, además, entre una y tres mujeres de cada cuatro son maltratadas físicamente en sus hogares de manera habitual, dependiendo del país dónde habite.

Noticias relacionadas