Creado el Martes, 5 de Diciembre del 2017 03:54:24 pm | Modificado el 06/10/2021 01:32:06 pm

Por fray Rodolfo Luna Umeres OP

Hay una palabra que no debería borrarse del lenguaje de los humanos porque si eso ocurre, el hombre y la humanidad caerían en el pesimismo y el fatalismo. Esa palabra es esperanza.

Al iniciar el último mes del año que coincide con el inicio de adviento, tiempo que nos prepara a celebrar la gran fiesta del cristianismo (la Navidad), y estando también próxima la visita del papa Francisco que tiene como lema “Unidos por la esperanza”, creo que todos necesitamos crecer y caminar en ella.

La esperanza es optimismo, pero no el optimismo de quien piensa que este mundo es el mejor de los posibles, como decía el filósofo Leibniz. Pensar así, sería alimentar la flojera, el conformismo y el pesimismo. La verdadera esperanza es optimismo en el sentido de mirada y orientación hacia adelante, y también de compromiso y transformación del presente. Es responsabilidad con el hoy sabiendo que existe un futuro por alcanzar que es mejor que el presente que estamos viviendo.

Esa esperanza es la que necesitamos hacer florecer los peruanos en medio de esta crisis moral que está viviendo el país, donde mafias y redes de corrupción que alcanzan a políticos y empresarios nos pueden hacer pensar que no hay solución al mal de la corrupción. Y no es así, porque mientras haya esperanza habrá futuro y empeño por construir ese otro Perú que todos deseamos. 

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