LA COLUMNA DEL DÍA | La Cultura de la Sexualidad I
Creado el Jueves, 5 de Junio del 2025 01:01:01 am

La ciencia empezó a desarrollarse principalmente en los siglos 17, 18 y 19 con su aplicación en la tecnología, llamada el inicio de la época de la Modernidad. La ciencia será considerada como el único verdadero conocimiento y los otros tipos de conocimiento como fábulas. Hoy en día. La ciencia desemboca en la tecnología. La tecnología no busca un consenso sobre lo verdadero, lo justo, lo bello sino el principio más eficiente. Ya no existe una visión global o universal que indica fines para lograr la emancipación de la humanidad porque los resultados prácticos de la tecnología son tareas parciales. Dada esta situación, el manejo de las grandes decisiones ya no depende de los políticos sino de los dueños de la tecnología, de la producción, de la información y de la publicidad. La tecnología es la nueva ideología. Ya no hay que apelar a las virtudes o valores espirituales para organizar la sociedad. Los vínculos sociales se disuelven en una masa de átomos individuales. Al ser humano lo entretienen con televisión, cine e internet.
Las ideologías del liberalismo y del socialismo también ayudan a eliminar el juicio moral. El liberalismo promueve la libertad absoluta del individuo y el marxismo considera que, en lugar de los valores tradicionales, las estructuras de la dictadura indicarán la moral que nunca podrá venir porque la moral no es un producto de las estructuras económicas.
Nietzsche (1844-1900) criticó la Modernidad que ofreció traer la felicidad reemplazando la fe en Dios y la autoridad religiosa por la razón y la libertad. Sin embargo, seguían las guerras, la pobreza, las enfermedades etc. Para Nietzsche los modernos siguen siendo “creyentes” aunque ya no creen en Dios sino en ideales superiores a la vida, como los derechos humanos, la ciencia, la razón, la democracia, el socialismo, la patria, la revolución, el progreso y la sociedad sin clases. Todos son un engaño. El ideal es la mentira que pesa sobre la humanidad. Él señaló que ya no se trata de construir un mundo humano, un reino de los fines donde los hombres sean iguales en dignidad. No hay nada trascendental a la vida. La razón es solo reflejo de intereses. La libertad es voluntad de poder. El define la nueva cultura de la relatividad.
Nietzsche es uno de los primeros que señala que la desaparición de la autoridad de Dios significa también el fin de la moral porque el universo es indiferente. El cuestionamiento de la razón, que era el fundamento de la Modernidad, realizado por Nietzsche, trajo como consecuencia que los grandes filósofos del siglo XX asumieron como criterio básico de su pensamiento el escepticismo o la duda en lugar de la verdad y del bien. Esta filosofía posmoderna refleja la mentalidad actual. No se puede conocer ni la verdad, ni el bien, ni el mal. El ser humano es un individualista. La corrupción es muy común y está presente en la derecha y en la izquierda. La negación de la diferencia entre el bien y mal, el predominio de la tecnología y del escepticismo han traído cambios en la cultura de la sexualidad como veremos en un próximo aporte.
El ser humano libertino no cree en la justicia, la verdad y el bien. Por romper toda relación humana, destruye al otro y reclama violencia tras violencia. Se imagina autónomo, pero obedece a la vulgaridad ofrecida por el poder dominante. El matrimonio y la familia son víctimas de una sociedad donde no hay un mensaje de valores.
*Padre Johan Leuridan, OP, doctor en Teología en la Universidad Urbaniana (Vaticano), personalidad meritoria de la Cultura del Ministerio de la Cultura, miembro honorario de la Academia de la Lengua, doctor honoris causa de la Universidad de San Marcos y autor del libro "El Sentido de las Dimensiones éticas de la Vida".
