LA COLUMNA DEL DÍA | Gestión de riesgos climáticos en un país de montañas
Creado el Sábado, 15 de Marzo del 2025 02:45:38 pm

La acción del clima no se detiene, como lo he puesto de manifiesto en varias columnas anteriores en RSD; más aún en un país de montañas como el Perú, cuyo extenso y diverso territorio va desde los 0 m. a la altura del mar, hasta las montañas más altas como el Huascarán a 6768 m s.n.m.
Paradójicamente, esta diversidad de regiones naturales y pisos ecológicos que hacen del Perú un país encantador y con tanta riqueza, también lo hacen altamente vulnerablemente al cambio climático; sobre todo por tener una amplia cadena de montañas en costa, sierra y selva alta, donde los eventos climáticos extremos como las lluvias fuertes; al incrementar su magnitud en corto tiempo (horas y a veces minutos), de inmediato incrementan el caudal del agua que baja por las quebradas y los ríos, generando desbordes, inundaciones y huaicos, cuya fuerza destructiva se incrementa al arrastrar árboles, tierra y piedras de gran tamaño y, consiguientemente, destrucción de carreteras, puentes, viviendas, canales, terrenos de cultivos y vidas humanas.
Y como sabemos, no solo son lluvias intensas; el cambio climático también trae sequias, heladas, granizadas, vientos fuertes y olas de calor con temperaturas por encima de lo normal, como en el verano del pasado 2024.
Algunos dirán: pero todos los años, entre enero y marzo, hay lluvias, y a veces hay desbordes de ríos, activación de quebradas y huaicos. El asunto es que, al encontrarnos en un incontenible avance del cambio climático, porque no ha parado la contaminación, generada sobre todo por los países desarrollados que hoy están entretenidos en una guerra comercial... en tanto las lluvias que antes eran normales, ahora la cantidad de agua de lluvia de todo un mes o de 15 días puede caer en solo horas, lo que rebasa la capacidad de los ríos y del diseño de los puentes, carreteras, canales y viviendas.
Pero, en blanco y negro, sabiendo que nos toca vivir periodos de cambio climático, y sabiendo que somos un país de montañas con alto riesgo, lamentablemente las normas y leyes sobre cambio climático y gestión de riesgos que tenemos hace varios años son letra muertas, porque a la mayoría de autoridades, con honrosas excepciones, les importa un pepino tener planes concretos de gestión del riesgo de desastres y, lo peor, no se preocupan por asignarle presupuesto y trabajar con la comunidad organizada acciones y proyectos concretos para estar preparados y no esperar lluvias y huaicos, para lamentar las pérdidas materiales y sobre todo de vidas humanas.
Como lo escuchamos en las noticias, ante los eventos climáticos, lo único que se hace es declarar en emergencia las regiones, provincias y distritos, para que recién se pongan a gastar un poco de dinero llevando frazadas, carpas y haciendo defensas ribereñas en momentos inoportunos.
Por ello, en el Gobierno Nacional y el Congreso, que viven agarraditos de la mano para tapar su incompetencia y sus mañoserías, pero también las regiones y gobiernos locales, en lugar de pensar en las corruptelas deberían ponerse a trabajar en la cancha. La población está cansada de la mecedora y la corrupción. No nos engañemos: las lluvias intensas y los huaicos no son el problema; los eventos climáticos han existido siempre, y hoy son agravados por el cambio climático. El problema es la falta de capacidad para actuar ante los desafíos.
Los liderazgos se ponen a prueba cuando las papas queman. Por eso, en el próximo proceso electoral, no debemos ser ciegos y volver elegir a los vivos de siempre. El clima ha cambiado… Hoy es tiempo de cambios.
* Gabriel Mejía Duclós es ingeniero agrícola con especialización en ingeniería de recursos agua y tierra, 25 años de experiencia en gerencia y dirección de instituciones públicas y privadas vinculadas al desarrollo social, económico y gestión ambiental, ex candidato a la Gobernación Regional de Áncash.
