Creado el Jueves, 30 de Enero del 2014 07:01:07 pm

Con Brasil el Perú perdió cerca de 300.000 km² mediante las sucesivas cesiones territoriales en 1909, y que nunca fueron defendidos. Con Bolivia (50 mil km², incluidos en la gran porción anotada) también fue Leguía (1909) el regalón. Vergonzosa, también, fue la inmensa cesión territorial a Colombia. En este humillante y traicionero caso, destaca la forma cómo Perú repelió e hizo retroceder al ejército colombiano que había invadido nuestro territorio desde el río Caquetá hasta el Putumayo, unos 225 mil km²; pero Leguía (1909), en sorprendente acto ordenó al victorioso Crnl. Oscar R. Benavides, retroceder hasta el Putumayo, dejando esa inmensa zona rica en caucho en favor de Colombia. Esta delimitación fronteriza se finiquitó a espaldas del país en 1922 (Oncenio leguiísta) en Buenos Aires, recién el país se enteró tres años después, en 1925.

Con Chile perdimos 50 mil km² tras una infausta guerra. En el caso de Ecuador, este país siempre fue vencido en conflictos habidos contra el nuestro, sin embargo, siempre salieron ganando zonas importantes que suman un área total de aproximadamente 80 000 km²; desde la década de 1860 hasta la Guerra del Pacífico se perdió unos 200 mil km². Fujimori, tras el triunfo de nuestras FFAA en 1995, entregó 1 km².

Hoy Humala y algunos desgastados políticos cogen su calculadora y, tras sacar su cuenta en metros más, metros menos, asumen que hemos ganado unos 50 mil km²; pero no nos dicen que la zona entregada en La Haya a Chile, equivale a la carne y el resto, la zona marítima externa que se nos entregó, equivale al hueso. Lo peor lo acabamos de escuchar de Piñera este miércoles: ¡¡“La aplicación del fallo será gradual”!! Estos son los políticos de hoy que, como los de ayer, nos escriben una historia de sumisión, resignación y vergüenza.

Precisamente, uno de estos tiranos es el actual reo más caro del país. Fujimori ha sido exculpado de uno de sus peores delitos, uno de lesa humanidad. Se trata del delito por las esterilizaciones forzosas, las mismas que generaron daños físicos, psicológicos e incluso, posterior muerte en algunos de los 300 000 casos. Queda demostrado, una vez más, que los tentáculos del fujimontesinismo siguen allí, peligrosamente latentes al interior del Poder Judicial, atentos para garantizar un blindaje ofensivo en favor de delincuentes de saco y corbata que, además, tienen a su servicio a parlamentarios y medios de comunicación.

Así se escribe nuestra historia, con falsos héroes, con delincuentes que fungen de presidentes y políticos que, por el poder que poseen en sus manos, dejan sus delitos al amparo de esa señorita muy conocida hoy día, en nuestro PERÚ: LA IMPUNIDAD.

José Cedeño León

Docente Principal de la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía

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