LA COLUMNA EL DÍA | El matrimonio y la familia
Creado el Jueves, 14 de Julio del 2022 04:18:44 pm

Un problema muy urgente en el mundo actual es el matrimonio y la familia amenazada por el poderoso mensaje materialista de la ideología de la tecnología que eliminó todas las culturas y logró hacer un ser humano homogéneo materialista sin conciencia de los verdaderos valores que unen las personas. Se entiende tolerancia como no tener una convicción propia.
El Espíritu que infunde el Padre renueve nuestro corazón y hace el varón y la mujer capaces de amar como Cristo nos amó.
“En su unión de amor los esposos experimentan la belleza de la paternidad y de la maternidad; comparten proyectos y fatigas, deseos y aficiones, aprenden a cuidarse el uno al otro y a perdonarse mutuamente. En este amor celebran sus momentos felices y se apoyan en los períodos difíciles de su historia de vida… la belleza del don recíproco y gratuito, la alegría de la vida por la vida que nace y el cuidado amoroso de sus miembros, desde los pequeños a los ancianos, son sólo algunos de los frutos que hacen única e insustituible la respuesta a la vocación de la familia, tanto para la Iglesia como para la sociedad (Francisco, Amoris Laetitia, n. 88). Trescientos años antes de Cristo, el filósofo Aristóteles, decía que el matrimonio es agradable cuando ambos, marido y esposa, tengan dignidad. Dignidad significa la práctica de las virtudes o valores. La actitud del amor traerá todas las otras virtudes del dar a cada uno lo suyo (justicia), aprender a luchar en la vida (fortaleza) y saber controlar sus deseos y pasiones (templanza). Los motivos del interés mutuo son la pertenencia y el amor familiar.
Los padres aman a los hijos y los hijos aman a los padres. Los padres enseñan a los hijos como deben vivir, como deben comportarse con otras personas. El amor de los padres con los hijos no se manifestará por decretos y comunicados sino por el ejemplo entre varón y mujer. Siempre somos ejemplos, para el bien para el mal. El ejemplo y las orientaciones de los padres son el modelo que servirá a los hijos para lograr también ellos un buen matrimonio. Por el testimonio de amor entre los padres y de los padres con los hijos la persona aprende a valorar la vida, la libertad, la paz, la justicia, el respeto, la lealtad y el agradecimiento. Se aprende a controlar emociones de egoísmo, envidia, odio, resentimiento, narcisismo, alcoholismo y drogas. El amor que mutuamente se dan y reciben en la familia crea la pertenencia. Esta experiencia es solo posible en la familia.
Todos los documentos de los Papas y del Concilio manifiestan que la persona humana tiene una innata y estructural dimensión social y que el matrimonio y la familia son el fundamento de la sociedad como instancia primera y decisiva. La preocupación por la familia no se da solo en la Iglesia Católica sino también en otras Iglesias y en filosofías del ateísmo porque todos consideran que la familia es el fundamento de la sociedad.
La educación en la comunión familiar es un servicio fundamental a la sociedad porque sus hijos se incorporen en la sociedad como ciudadanos honestos, dedicados al estudio en los centros educativos, comprometidos con su trabajo, respetuosos de las leyes, promotores del bien, de los derechos humanos y de la dignidad de todos. Cumplirán con la misión evangélica en su trabajo y en la política.
*Padre Johan Leuridan, OP, doctor en Teología en la Universidad Urbaniana (Vaticano), personalidad meritoria de la Cultura del Ministerio de la Cultura, miembro honorario de la Academia de la Lengua, doctor honoris causa de la Universidad de San Marcos y autor del libro "El Sentido de las Dimensiones éticas de la Vida".
