LA COLUMNA DEL DÍA | Voluntad popular
Creado el Lunes, 12 de Abril del 2021 12:24:32 pm | Modificado el 06/10/2021 01:37:43 pm

Escribo esta columna cuando apenas se han conocido los primeros resultados a boca de urna y para sorpresa de muchos, el profesor Pedro Castillo sería el candidato más votado en la primera vuelta con apenas 15 % o 16 %. El acompañante para el balotaje no está definido y sería entre Fujimori, De Soto, Lescano o López Aliaga.
Los resultados reflejan que los candidatos no lograron cautivar el interés de los electores porque la votación más alta no ha llegado ni siquiera al 20 % y quien sea el contendor en segunda vuelta, apenas superaría el 10 %.
La voluntad popular se ha pronunciado favoreciendo escasamente a media docena de candidatos que se superan unos a otros por muy poco margen, siendo reflejo de la crisis política del último quinquenio y de la implosión de los partidos políticos más antiguos y tradicionales del país, que han dejado un vacío que los actuales candidatos no han podido llenar.
El resultado también refleja un profundo descontento del Perú provinciano, que vive su día a día luchando por sobrevivir dignamente, sintiendo una sistemática marginación por parte del Estado que es incapaz de protegerlo del COVID, la crisis económica y la inseguridad ciudadana. También nos expone que el sentimiento de la mayoría de peruanos está muy lejos de lo que se impone como tendencia en las redes sociales, demostrándonos claramente que el país real no está en Facebook, ni Twitter y menos aún los mal llamados “influencers”.
Otro factor que debe tenerse en cuenta es el voto por candidatos disruptores y radicales de izquierda y derecha como Pedro Castillo o López Aliaga, como respuesta al rechazo y hartazgo del activismo político y a veces hasta manipulación que practican los noticieros de la concentración mediática encabezada por el Grupo Graña y El Comercio. Ambos candidatos representan posiciones políticas antagónicas que son permanentemente satanizadas o inviabilizadas por los principales medios de comunicación del país.
Precisamente los grandes derrotados a nivel de candidatos presidenciales son los que más fueron apoyados por los medios de la concentración mediática como George Forsyth y Julio Guzmán, que han recibido amplia atención para exponerse y hablarnos de un mundo paralelo que era muy diferente al que diariamente vivimos. Forsyth con evidentes limitaciones nos hablaba de su breve paso en la alcaldía del distrito limeño de La Victoria como si fuera un gobierno que transformó un distrito caótico en un paraíso, cuando era muy simple verificar que La Victoria seguía siendo un distrito desordenado e inseguro al que había abandonado por su ambición presidencial. Julio Guzmán con mucha soberbia nos hablaba de él como si fuera un iluminado, que con su sonrisa impostada que nadie entendía de qué se reía, confundió al Perú con una acomodada democracia escandinava en la que se han normalizado el consumo de marihuana y se ha potenciado el activismo por los derechos civiles, sin darse cuenta que más de la mitad del país no está pensando en la ideología de género, sino en cómo lleva el pan a su hogar para alimentar a los suyos, estaba totalmente desenchufado con el país, eso explicaría su exigua votación.
En el caso de la izquierda, el discurso radical y provinciano de Pedro Castillo ha generado el fin definitivo de las aspiraciones presidenciales de Ollanta Humala, José Vega y Marco Arana, así como su retiro del elenco principal de la zurda peruana en el que estuvieron presentes desde hace por lo menos veinte años, condenando a la desaparición electoral a sus partidos. Por otro lado, también ha despojado del protagonismo que hasta antes de este domingo gozaba Verónika Mendoza, quien deberá replegar sus posiciones y redefinir sus aspiraciones políticas al perder su liderazgo electoral.
En el caso de la derecha, como lo dije hace dos semanas atrás, es probable que alguno de sus representantes pase a la segunda vuelta y enfrente al candidato de la izquierda radical. Esta elección mantiene con vigencia política a Keiko Fujimori, que si no pasa a la segunda vuelta tiene en sus problemas con la justicia el mayor escollo a enfrentar. También se abre un importante espacio político para Rafael López Aliaga, que debería administrarlo serenamente, mientras que Hernando De Soto por razones de edad probablemente haya tenido su última participación electoral. Los resultados reflejan que el Perú tiene por lo menos un tercio de voto conservador que no encuentra un liderazgo claro que pueda representar sus expectativas y recoger sus preocupaciones, más aún cuando el PPC acaba de perder su inscripción electoral.
Finalmente, vamos a tener un Congreso muy fragmentado en el que Acción Popular mantiene una importante bancada en un gesto de respaldo popular a su decisión más controversial como fue patrocinar la vacancia de Martín Vizcarra.
La voluntad popular se ha pronunciado y como corresponde, hay que respetarla.
* Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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