LA COLUMNA DEL DÍA | Verdades y falacias de la educación en la pandemia
Creado el Lunes, 6 de Abril del 2020 09:07:03 am | Modificado el 06/10/2021 01:35:44 pm

Las inequidades del sistema de salud en el Perú, tan visibles en estos tiempos de pandemia, se extienden a todos ámbitos sociales: a la educación, por ejemplo. En tiempos de cuarentena, el gobierno central ha dispuesto que los maestros “se capaciten” a última hora, que se habilite el e-learning como método de enseñanza y se justifique el uso de plataformas que a miles de maestros les son totalmente ajenas o en muchos casos inalcanzables. La pandemia afecta la actividad académica de estudiantes de todos los niveles. La transición de docentes presenciales a maestros virtuales es un proceso lento y complejo que implica no sólo capacitación sino también infraestructura y conectividad a internet. La inequidad territorial y la desigualdad social que existe en el país no ha sido tomada en cuenta; más allá de diseñar improvisados modelos educativos a último momento, necesitamos desarrollar nuevas competencias en maestros y educandos, las mismas que incluyan capacidad de adaptación y automotivación para generar un aprendizaje continuo.
Los maestros peruanos, que históricamente se han caracterizado -entre otras cosas- por exigir mejores presupuestos para el sector más olvidado, asisten hoy al enorme desafío de educar -de forma no presencial- a millones de estudiantes, en un contexto de deficiencias y negligencias con muchas décadas encima: el doloroso y múltiples veces visibilizado abandono de la educación a manos del Estado.
¿Cómo se puede lanzar a los maestros a educar online sin haberlos capacitado adecuadamente -y con mucha anticipación- en incorporación de tecnologías de la información a la pedagogía cotidiana?, ¿acaso todos cuentan con computadoras y conexión a internet?, ¿si no existen políticas que reduzcan el acceso desigual a internet de la mayoría de estudiantes, de qué derecho a la educación hablamos?, ¿si la enseñanza vía televisión y radio estatales no cubre la totalidad del territorio nacional ni garantiza que la enseñanza aborde los aspectos fundamentales del currículo y mucho menos venga acompañada de guías efectivas para padres, maestros y alumnos, cómo se puede hablar de hacer llegar beneficios educativos a la población peruana?
El gobierno cree que, con hablar desde su centralismo y mirándose el ombligo cada mediodía a la hora de su perorata televisada, va a conseguir un sistema educativo con capacidad de autogestión. Los hogares peruanos, en su enorme mayoría, no están en condiciones de desempeñar un papel complementario en el aprendizaje de los estudiantes; no es posible que los padres de familia refuercen las lecciones aprendidas -por radio, televisión o internet- por obvias razones. La educación en línea, lamentablemente, no está al alcance de todos. Estamos pagando caro el enorme desinterés de las autoridades que jamás se interesaron en el desarrollo de la educación virtual; ni planes de estudio ni contenidos curriculares auxiliares para casos de emergencia fueron diseñados ni están disponibles, tampoco un plan de acción para contingencias. Las “clases online” que se inician hoy son sólo experimentales, exploratorias, un saludo a la bandera.
*Augusto Rubio Acosta es poeta, narrador, periodista y gestor cultural.
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