LA COLUMNA DEL DÍA | Sin autoridad… en nombre de los problemas sociales
Creado el Viernes, 23 de Agosto del 2019 11:10:04 am | Modificado el 06/10/2021 01:34:33 pm

Observas que los vendedores ocupan exageradamente pistas y veredas, pero la “autoridad” sostiene que hay problemas sociales y por eso hay que dejarlos. Padeces el insufrible tráfico vehicular a diario con unidades que no prestan las condiciones técnicas ni legales, con paraderos informales por doquier, pero hay que dejarlo así porque necesitan trabajar. Muchas mototaxis son conducidas por menores de edad, son informales que manejan sin licencia y, peor aún, sin luces en la noche, pero la “autoridad” propone que, como hay necesidad de trabajo, hay que darles licencia. Observas locales de material precario que realizan fiestas o venden comidas, y que no cumplen los requisitos mínimos de seguridad, pero la “autoridad” les da licencia porque necesitan trabajar, aun cuando el local se pueda incendiar en cualquier momento, exponiendo las vidas de quienes allí concurren.
Y así podría seguir enumerando más situaciones que se han vuelto habituales en nuestra sociedad; explícita o implícitamente se nos ha hecho internalizar que debemos tolerar el desorden y el caos en nombre de los problemas sociales y, de paso, la “autoridad” se sustrae de ejercer su función, en lugar de buscar darle solución a estos “problemas sociales” que indiscutible existen, y que son tan reales como la falta de autoridad.
Pensando que tal vez mi concepto de autoridad estaba errado, me puse a investigar y descubrí que me quedé corto. Resulta que “la palabra autoridad, que viene del latín auctoritas, se derivó de auctor, cuya raíz es augere, que significa aumentar, promover, hacer progresar. Desde el punto de vista etimológico, autoridad es una cualidad creadora de ser, así como de progreso.” Y si revisamos una definición más actual, tenemos otro significado de la palabra autoridad: “Facultad o derecho de mandar o gobernar a personas que están subordinadas”. Siendo así, la conclusión es evidente: no tenemos autoridades, y si hay, lo son solo nominalmente, porque precisamente no tienen autoridad, es decir, no son capaces de mandar para promover el progreso; en la mayoría de los casos, no están para servir sino para servirse y para durar lo más que puedan, convirtiéndose en simples “ganapanes”.
Los problemas sociales hay que solucionarlos, esa es la mejor forma, sino la única, de apoyar a los que menos tienen; no debe ser pretexto para que las autoridades dejen de hacer su trabajo, por el contrario, es su deber hacerlo, solucionarlos progresivamente, para eso se les elige, para eso se les paga. Es indiscutible que hay mucha necesidad de trabajo y que todo trabajo dignifica; lo sé yo que he trabajado desde niño, como vendedor ambulante hasta obrero de construcción civil, etc., pero hay que hacerlo con orden, con seguridad, y si el problema es que no hay trabajo, hay que generarlo. Trabajo digno como debe ser, pero no pretextar en el mismo problema para no solucionarlo
Si bien es cierto que por los problemas sociales hay medidas que se tienen que tomar provisionalmente, el problema es que en el Perú lo provisional se vuelve permanente por la desidia de autoridades cómodas que se quejan, pero no corrigen, porque no se atreven a romper con el caos para empezar a construir con orden para progresar, y que además de su falta de autoridad, cuidan los votos y terminan utilizando electoralmente los tantas veces mencionados problemas sociales. Esta criticada dejadez sería el mejor escenario. Lo otro es que sean simplemente tan incapaces que no pueden solucionar los endémicos problemas sociales.
* Miguel Arista Cueva es docente y abogado. Consultor, conferencista, especialista en gestión pública, educación y derecho administrativo. Fue director regional de Educación de Áncash y del Colegio de Alto Rendimiento de Cajamarca.
Foto: Grupo Verona / Composión: RSD
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