LA COLUMNA DEL DÍA | Plata como cancha y mordaza
Creado el Lunes, 17 de Enero del 2022 09:20:28 am

Esta semana el juez Jesús Vega emitió un cuestionable fallo condenando a cuatro años de pena privativa de la libertad suspendida y el pago de 400 mil soles al periodista-escritor Cristopher Acosta y al periodista-editor Jerónimo Pimentel por haber cometido el delito de difamación en agravio de César Acuña.
El elemento material del delito es la publicación de treinta y cinco frases contenidas en el libro “Plata como cancha” de autoría de Acosta, aun cuando estas frases fueron dichas por tercereas personas y varias de ellas fueron aclaradas en el propio libro.
Es sorprendente que un juez penal emita una sentencia en dicho sentido contra Acosta, pero más inaudito resulta que lo haga contra Pimentel que no participó en la elaboración del libro, pues se trata de un delito contra el honor, que por su naturaleza se ejecuta de manera personalísima y, en consecuencia; es un imposible jurídico que se sancione penalmente a alguien que no ha suscrito o afirmado ninguna de las frases materia del presunto delito.
El periodista-escritor Cristopher Acosta no es santo de mi devoción, pues considero que forma parte de ese sector de periodistas que hacen activismo político desde su ejercicio profesional, sin decir públicamente que tienen una u otra opción ideológica o política, que exponen abiertamente sus sesgos “anti” y los proyectan como verdades incuestionables a través de sus redes sociales. Sin embargo, me SOLIDARIZO plenamente con él y considero un atropello la sentencia que ha recaído en su contra y espero que el fallo condenatorio quede sin efecto en segunda y definitiva instancia, por el bien de Acosta y de la libertad en general.
La sentencia emitida es un mal precedente para libertad de expresión en nuestro país, pues se trata de un libro que, si bien tiene un formato de biografía no autorizada, está referida a un personaje que ha postulado dos veces a la presidencia y es líder de un partido político, que merece un escrutinio profundo de sus actos, tanto públicos como privados, y no sólo bandearse con entrevistas agradables en televisión nacional donde transmite una imagen bonachona, que a lo más, lo hacen digno de un divertido meme.
Más allá de la cuestionable sentencia emitida por el juez Vega, esta querella también ha servido para proyectar a nivel nacional el estilo de hacer política de César Acuña, que además de hacer un permanente alarde de que “tiene plata como cancha” y no escatima en gastarla en sus actividades políticas, siempre ha recurrido a instancias judiciales para respaldarse porque, ¡oh coincidencia!, siempre sale victorioso.
En el fondo parece que la intención de César Acuña habría sido establecer alguna forma de mordaza sobre una serie de hechos que ocurrieron o se dijeron, principalmente en Trujillo, cuestionando o comprometiendo seriamente al líder apepista, de los cuales, por cierto, siempre termina saliendo bien librado, pero no por ello significa, que las frases no se hayan dicho o los hechos no hayan ocurrido. Al parecer, lo que más habría incomodado al polémico Acuña es que se coloque en un libro una serie de hechos que hubiera preferido queden en el olvido y no que estén al alcance de cualquiera que quiera leerlo.
Finalmente, es bueno recordar que la libertad es un derecho natural que está por encima de todo, incluso por encima de la plata como cancha.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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