LA COLUMNA DEL DÍA | Nuestros atractivos
Creado el Jueves, 18 de Julio del 2019 10:02:43 am | Modificado el 06/10/2021 01:34:23 pm

En una semana, la antorcha olímpica de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Lima 2019 pasará por Chimbote y nuestros ilustres representantes no han dudado en señalar esta como una gran oportunidad para mostrar nuestros “atractivos turísticos” al mundo.
Mientras la llama cruza el túnel de Coishco, las delegaciones podrán disfrutar de una hermosa vista al mítico botadero de basura, que cada gestión municipal ha procurado preservar. A pocos metros, un boyante parque de atracciones se luce con su venta de globitos y helados, recuperado tras la tala de lo que alguna vez fue un frondoso bosque.
Como para estar a tono con el espíritu deportivo, la marcha olímpica pasará frente a las históricas ruinas del Estadio Gómez Arellano. Y si de nostalgias hablamos, la ciudad del acero no puede dejar de exhibir su inmensa planta de reciclaje de metal importado.
Los anfitriones inflarán el pecho cuando la visita se maraville con la eficacia que permitirá mostrarles el remozado boulevard. El diseño surrealista contempla fierros expuestos, bloques de cemento y desmonte, todo cubierto por plástico negro para evitar daños de último momento.
A pocos metros, el hospital de los pobres luce más pobre que sus planes de traslado y reconstrucción, pero no habrá tiempo para visitarlo, las delegaciones cruzarán raudas hacia el malecón Grau donde la inconfundible brisa marina les hará notar que estamos en Chimbote. Solo aquí el mar tiene ese particular color heredado de la sanguaza, la basura y las heces del desagüe que desemboca sin filtro sobre sus aguas.
Si el paso de la antorcha olímpica se hubiera programado de noche los visitantes no se perderían el inédito espectáculo de los meones regando las bancas y los exteriores de los baños públicos del malecón. ¡Chimbote para el mundo!
Luego de los emotivos discursos en la Plaza Grau, la comitiva se trasladará a Nuevo Chimbote por la avenida Pardo, cuya berma intransitable, sin bancas ni árboles, es una verdadera proeza de la arquitectura. En el camino, no faltará quien mencione cómo le ganamos a la rebeldía de unos humedales, que apenas sirven como reserva ecológica, para construir allí fábricas, mercados, centros comerciales y grifos.
En el distrito ecológico será un orgullo mostrarles una joya del desorden urbanístico, la Plaza Mayor, donde confluyen sin criterio alguno el neobarroco de la catedral, el posmodernismo de su monumento central y las lunas espejo de los nuevos edificios. Como cereza de la huachafería local, un par de tigres de yeso custodian el recuerdo de lo mal que elegimos a nuestros gobernantes.
Menos mal que tenemos atractivos, sino imagínense por dónde tendrían que pasar nuestros visitantes. Bienvenidos a Chimbote.
* Manuel Chiroque Farfán es docente de Audiovisuales y Periodismo en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional del Santa (UNS), actividad que comparte con la producción audiovisual y consultorías en comunicación corporativa. Integra la Red Iberoamericana de Investigación en Narrativas Audiovisuales.
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