LA COLUMNA DEL DÍA | No me defiendas, compadre
Creado el Lunes, 8 de Agosto del 2022 09:14:40 am

El presidente Castillo está seriamente acusado de corrupción y su entorno político-familiar, también. Los ex funcionarios del círculo de confianza presidencial como Bruno Pacheco y Juan Silva, así como los sobrinos y cuñados no están protegidos por la figura constitucional de la inmunidad, por ello; ya vienen siendo investigados por las fiscalías del circuito anticorrupción del Ministerio Público y su situación jurídica es complicada desde las delaciones de Karelim López y Zamir Villaverde.
Sin embargo, mientras sus excolaboradores más cercanos y familiares del entorno más íntimo se han visto acorralados por el Ministerio Público y no les ha quedado otra opción que entregarse o mantenerse prófugos de la acción de la justicia, Pedro Castillo se ha escudado en su abogado Benji Espinoza, quien se ha convertido en el defensor jurídico y hasta político del presidente. El conocido letrado ha salido a ejercer una defensa pública de su patrocinado, sin embargo; solo ha trasmitido opiniones que van de controversiales a contradictorias, aumentando la sensación que al presidente apenas le quedan algunas tinterilladas como medio de defensa técnica.
El pasado jueves el presidente acudió a la sede del Ministerio Público, contradiciendo públicamente a la “recomendación” de su abogado, que había anunciado que Castillo no acudiría y solicitaba que debido a la naturaleza de la investidura presidencial, sea la Fiscal de la Nación quien acuda a Palacio de Gobierno a interrogar al mandatario.
Debido a la relevancia de la diligencia, todos los peruanos esperábamos que el presidente asistiera a la citación para aclarar y hasta desvirtuar las imputaciones de las que viene siendo objeto, y en ese mismo sentido el mandatario explicó su sorpresiva decisión de asistir a la sede fiscal. Sin embargo, el hecho fue teatralizado al máximo, y Pedro Castillo acudió caminando a la fiscalía, pero acompañado de un impresionante despliegue policial, para que una vez iniciada la diligencia, el mandatario se acoja al derecho a guardar silencio; es decir, todo fue un absurdo show para distraer y confundir al país.
El silencio de Pedro Castillo, si bien legal contraviene las expectativas del pueblo y aumenta la desconfianza en su presunción de inocencia. A la decepción causada por el ardid presidencial se suma el innecesario desparpajo de su abogado, quien dijo muy suelto de huesos que, las marchas y contramarchas para asistir a la sede fiscal fue una estrategia tomada del libro “El arte de la guerra” del autor chino SUN TZU, que relata una serie de estrategias y tácticas militares, que el defensor de Castillo sintetizó como el arte de “mentir o engañar” al oponente.
Varios nos hemos sorprendido por la amplia sinceridad del abogado Espinoza, quien sin ningún rubor admite que sólo estaría tratando de mentir o engañar a su ocasional oponente que es nada menos que, la Fiscalía de la Nación. El hecho quedaría en la anécdota, si estuviéramos ante un acusado cualquiera, pero resulta que quién viene tratando de mentir o engañar a la fiscalía respecto a sus acusaciones de corrupción, es el profesor Pedro Castillo, presidente de la república en ejercicio y en la práctica el hombre más poderoso del país, que por cierto, ha demostrado que es capaz de usar su cargo y el poder que deriva del mismo para evadir el accionar de la justicia.
El presidente Castillo tiene imputaciones muy espinosas como para que su abogado nos diga que su estrategia pasará de las tinterilladas a la mentira y el engaño.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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