LA COLUMNA DEL DÍA | ¿No aprendimos la lección?: intolerancia política, violencia, y doble rasero
Creado el Viernes, 28 de Junio del 2019 09:37:29 am | Modificado el 06/10/2021 01:34:17 pm

El uso de “portátiles”, ese grupo de gente supuestamente partidaria que era movilizada tras el gobernante regional, provincial o distrital con la finalidad de que le aplaudan y griten enardecidas a su favor y, en el momento de las entrevistas, eviten las preguntas incómodas de periodistas independientes, fue mayoritariamente repudiado. En las ocasiones en que sus seguidores atacaban a un opositor por la prensa, redes sociales y hasta personalmente por el solo hecho de criticarlo a él y a su entorno, esta práctica fue ampliamente aborrecida y con fundamento, y, junto con otras prácticas execrables, nos condujeron en Áncash a una suerte de vorágine de violencia política que produjo asesinatos por encargo perpetrados por sicarios.
Estos acontecimientos de violencia política han dejado secuelas imborrables en nuestra sociedad. Tal vez muchos consideren que ya hemos superamos el problema; sin embargo, yo considero que no, y lo digo con mucha preocupación, porque la causa que la desencadenó sigue presente: la intolerancia política, la incapacidad para aceptar la crítica y el fanatismo interesado.
Hace un tiempo los periodistas fueron impedidos de preguntarle al gobernador regional sobre su participación en el caso San Bartolo por el griterío de su “portátil”. El procurador anticorrupción del Santa, después de requerir que se incluya en la investigación fiscal al gobernador por el caso San Bartolo, ha sido objeto de seguimiento y de ataques difamatorios en redes sociales, incluyendo a un medio escrito que le dedicó sendas portadas de una denuncia contra él de la cual no se habían ocupado antes. Por ello el procurador ha denunciado la existencia de una organización que estaría financiada con recursos públicos para atacar opositores.
En Huaraz, el presidente de las juntas vecinales fue duramente atacado en redes sociales por encabezar un movimiento ciudadano que exigía al alcalde provincial tomar acciones contra la inseguridad ciudadana ante una serie de asesinatos consecutivos. El alcalde provincial del Santa declaró “enemigo” al denunciante de la escandalosa sobrevaloración de tanques cisternas, y días después un grupo de personas lo citó para amenazarlo. En Nuevo Chimbote, personas allegadas al alcalde han sido denunciadas por agredir a un ciudadano que hace denuncias y, por último, Radio Santo Domingo ha sido atacada en redes sociales por seguidores del alcalde de Nuevo Chimbote por haber puesto en evidencia el descuido, abandono e inseguridad en el distrito.
Este tipo de acciones antes fueron censuradas, pero hoy parecen ser aceptadas, consideradas “normales”, y eso es lo más peligroso porque esa pasividad demuestra que no aprendimos la lección, que hemos olvidado que de la violencia verbal se pasa al ataque difamatorio en redes y en algunos medios, después a las amenazas, se concreta en la violencia física y termina en asesinatos perpetrados por sicarios. Acabemos con ese doble rasero: no puede ser posible que las “portátiles” y la violencia promovida por los gobernantes anteriores hayan sido abominables, condenables, repudiables, aborrecibles, etc., pero las “portátiles” y la violencia de hoy sea normal e inofensiva. Ambas son igual de detestables.
Es urgente que la ciudadanía y los medios de comunicación responsables reflexionen y no permitan que se reinicie una nueva espiral de violencia. Los gobernantes deben enseñar con el ejemplo a sus seguidores a ser tolerantes. Para eso deben entender que son representantes del pueblo y no reyezuelos a los cuales hay que venerar en silencio; que están expuestos a las críticas, a las denuncias, y deben tamizar si son válidas o no y rectificar lo que sea necesario. Señores gobernantes, mírense en el espejo de sus antecesores: si ellos están donde están es porque allí los condujo la intolerancia, la soberbia y la adulación. De no corregirse, la historia se volverá a repetir y no habremos aprendido la lección.
* Miguel Arista Cueva es docente y abogado. Consultor, conferencista, especialista en gestión pública, educación y derecho administrativo. Fue director regional de Educación de Áncash y del Colegio de Alto Rendimiento de Cajamarca.
Foto: Pinterest
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