LA COLUMNA DEL DÍA | Malas señales
Creado el Lunes, 2 de Agosto del 2021 09:10:05 am | Modificado el 06/10/2021 01:38:22 pm

El gobierno del profesor Pedro Castillo se instaló en medio de una alta incertidumbre que se debía disipar a partir de su mensaje al país en el bicentenario. Sin embargo, el contenido del mensaje presidencial, la conformación del primer gabinete y sus primeras decisiones en la Presidencia han generado preocupación en un amplio sector de la población, ahondando la polarización política.
El presidente Castillo se ha esmerado en romper los símbolos republicanos y establecer los suyos. Para romper con la tradición, llegó a juramentar con un sombrero “chotano” de palma ecuatoriana, aunque parece desconocer que el sombrero apareció en este lado del mundo con la llegada de los españoles y no tiene nada de autóctono, luego usó un “liqui liqui” que es una chaqueta típica del llano venezolano que se ha impuesto como símbolo de los gobernantes adscritos al izquierdista Foro de Sao Paulo, por eso se explica que Chávez, Maduro, Correa, Evo Morales y Lula han utilizado este atuendo que no pertenece a nuestras tradiciones andinas, y finalmente rechazó utilizar Palacio de Gobierno por representar el “colonialismo”, ignorando que la actual edificación se ha construido entre 1921 y 1938, sin tener ninguna vinculación histórica y arquitectónica con la época de dominación española.
El mensaje presidencial parecía ser una apresurada compilación de dos redacciones distintas, la primera parte con un discurso de respeto a la propiedad y de reivindicación histórica, lo segundo fue un ataque frontal a la estructura del Estado y mucho más radical en el tono de sus propuestas. Fue un mensaje de generalidades, cargado de múltiples promesas populistas, ofreció bonos y dinero a los gobiernos regionales y municipios, también invitó a participar en los megaproyectos a las Fuerzas Armadas, promesa que es bastante preocupante porque significa disponer recursos públicos para que los militares ejecuten obras, una forma muy sutil de cooptarlos para obtener su incondicionalidad, tal y como sucedió durante la dictadura de Velasco y luego con Fujimori.
La iniciativa más polémica fue sin duda, su interés de imponer una asamblea constituyente para elaborar una nueva constitución, sin importarle que los peruanos estamos más preocupados en superar los embates de la pandemia covid y recuperar la economía familiar.
La designación de Guido Bellido en la PCM fue una muestra clara de que la “moderación” de Pedro Castillo fue una ilusión. Bellido es un hombre del inefable Vladimir Cerrón, izquierdista radical, admirador de terroristas y homofóbico entre otras “perlas”. El gabinete demoró en juramentar, demostrando que la improvisación exhibida por Castillo durante la campaña electoral se había convertido en una lamentable realidad, y en un primer momento, como un déja vu comunista, faltaban Economía y Justicia, lo que siempre suele faltar en ese tipo de gobiernos. Salvo el ministro de Educación, casi todos son inexpertos en gestión pública o ignorantes del sector que han asumido.
Es la primera vez en veinte años que un gabinete ministerial está conformado por miembros de un solo lado del espectro ideológico: la izquierda. También es la primera vez en dos décadas que el partido de gobierno reserva para sí un número importante de carteras ministeriales, entregando sólo dos a Juntos por el Perú, dos a Nuevo Perú y uno al Frente Amplio, todos de izquierda. Es decir, el presidente Castillo decidió conformar un gobierno encerrado a la izquierda, con un premier radical y con una clara intención de aplicar el plan de gobierno de Perú Libre, sin considerar que su triunfo electoral fue pírrico y que muchos de sus votos fueron “prestados”, sin identificación con su proyecto político.
Además, las primeras decisiones como promover una segunda reforma agraria y renegociar unilateralmente los contratos de explotación del gas van a generar mayor polémica, pero eso no parece importarle, por el contrario, parece ser que estaría buscando “agudizar las contradicciones” conforme a la visión hegeliana de la sociedad que interpretó Lenin, para generar las condiciones de estallido social y hacer “la revolución”.
El gobierno de Pedro Castillo y Perú Libre ha comenzado emitiendo malas señales, ello nos obliga a exigir cautela a nuestra clase política y respeto al estado constitucional de derecho, por ahora solo queda estar atentos y vigilantes.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
Foto: CNN Español
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