LA COLUMNA DEL DÍA | La gente no sabe el poder que tiene
Creado el Martes, 12 de Noviembre del 2019 03:58:27 pm

En los últimos años en nuestro país se ha venido cuestionando la importancia de las protestas sociales, inculcando en el imaginario colectivo a través de los medios de comunicación y desde los grupos de poder, la idea de que las manifestaciones públicas generan atraso, destrucción y subdesarrollo.
Del mismo modo se ha buscado estigmatizar a los líderes sociales, activistas y ciudadanos que ante alguna amenaza han buscado organizarse y elevar su voz, como violentos, haraganes o terrucos buscando desalentar que las personas puedan ejercer este derecho ciudadano.
Desde el ciudadano común también se observa indiferencia, desaliento y se escucha con frecuencia decir que las movilizaciones no solucionan nada, que es una pérdida de tiempo y es que, en una sociedad que busca satisfacciones inmediatas, el hecho de manifestarse y ver que las leyes o la situación no cambia inmediatamente los lleva a creer que cuestionar el sistema no tiene ningún sentido.
Pero si observamos la realidad en los últimos años podremos darnos cuenta que nuestro país si tiene una cultura cívica ciudadana y una autentica preocupación por lo que sucede en nuestro país, tal vez no en la medida de lo que se requiere para desterrar los males que nos aquejan, pero si debemos reconocer algunos hitos que han marcado un cambio en el rumbo de nuestra democracia.
Desde las marchas ciudadanas con un rol muy activo por parte de los jóvenes y los estudiantes para luchar contra la dictadura de Alberto Fujimori, las marchas contra la repartija del congreso en el 2013, los jóvenes movilizándose contra la “Ley Pulpín”, las protestas ciudadanas de los últimos meses contra la corrupción, incluyendo la que hizo retroceder la decisión de Pedro Chávarry de retirar a los fiscales del caso Lavajato en año nuevo y las marchas por el cierre del congreso. Nos han demostrado el poder de la ciudadanía en las calles, haciendo retroceder medidas que atentaban contra los intereses de las mayorías.
Una mención aparte merecen los movimientos de mujeres en el mundo que tienen eco en nuestro país con un movimiento feminista cada vez más cuestionador pero también propositivo y los movimientos ambientalistas por la defensa de nuestros territorios que son un ejemplo de resistencia al extractivismo desmedido.
En Latinoamérica el movimiento indígena Ecuatoriano ha hecho retroceder las medidas de ajuste impulsadas por el gobierno de Lenin Moreno y el FMI.
En Chile el alza de los pasajes ha encendido la llama del hartazgo acumulado de los chilenos ante la desigualdad social, la precariedad y el alza del costo de vida, las protestas han logrado revertir el alza de los pasajes pero ira en aumento si el gobierno no toma medidas concretas para mejorar las condiciones de vida de la población.
Nuestro país tiene un gran reto, en los próximos meses elegiremos nuevas autoridades congresales bajo las mismas reglas que nos llevaron a la crisis de representatividad que vivimos hoy, el rol ciudadano, ante la ausencia de partidos políticos fuertes y representativos seguirá jugando un papel fundamental.
Muchos analistas manifiestan que básicamente son tres elementos los que han logrado poner en jaque a la clase política corrupta y mafiosa en nuestro país.
El periodismo transparente sin vínculos comerciales como IDL y su rol fundamental para el destape de los casos de corrupción.
Los fiscales y jueces que se la han jugado por el Perú ante las mafias enquistadas en nuestro sistema judicial.
Y la ciudadanía manifestándose en las calles.
Por ello es importante no bajar la guardia, las movilizaciones nos permiten encontrarnos en el espacio público y darnos cuenta que no estamos solos, nos empoderan como comunidad, la ciudadanía movilizada puede cambiar la agenda pública y poner los temas cruciales para nuestro país en discusión. Sigamos siempre firmes, organizados y movilizados, reconociendo el poder de estar unidos, nuestra patria nos lo demanda.
* Karla Fournier Robles es antropóloga social, administradora de empresas, con maestría en Gerencia Social, activista social y político, exdirectora ejecutiva del Instituto de Desarrollo y Responsabilidad Social Atusparia-Chimbote, directora del proyecto turístico y ecológico “Rescatur”.
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