LA COLUMNA DEL DÍA | La caída de Evo Morales y lecciones no aprendidas
Creado el Martes, 12 de Noviembre del 2019 11:42:53 am | Modificado el 06/10/2021 01:34:53 pm

No recorre América Latina una primavera democrática como piensan algunos analistas; tal vez recorra en algunos países un periodo de realismo político al que debemos prestarle especial atención, para evitar desembalses contenidos. En Chile una clase empresarial soberbia y la desigualdad que arrinconó a los sectores populares, que nunca les llega los beneficios del libre mercado, incubaron en los últimos años un estallido social de enormes proporciones que terminó por hacer pisar tierra el proceso económico y varias islas de felicidad que algunas familias acomodadas pensaron que eran eternas; llevando en los últimos días al propio presidente Piñera a proponer la reforma de la Constitución que para muchos era la garante de la bonanza económica y para otros todavía contiene rezagos autoritarios de la dictadura de Pinochet; que deben ser corregidos.
En Bolivia a mi juicio, el proceso es diferente al de Chile y Ecuador. En Bolivia colapsó el modelo “Evo pueblo”; que luego de un periodo de gobierno exitoso, ingresó en los últimos años a un proceso de regresión democrática; al querer Evo Morales atornillarse al poder indefinidamente. Evo obtuvo el 54 % de los votos en las elecciones del 2005, convirtiéndose en el primer presidente de origen indígena; fue reelegido en el 2009 con el 64 % y nuevamente en el 2014 con el 63%.
En el 2016, se realizó en Bolivia un referéndum, donde Evo es derrotado, al perder la opción de reelección, lo que impedía que se presente a un cuarto mandado. Posteriormente un fallo amañado del tribunal constitucional lo habilitó para postularse, pero desde entonces persisten las manifestaciones políticas y sociales que le pedían desistir de su propósito.
En las recientes elecciones de octubre del 2019, luego de una suspensión inicial de 24 horas del cómputo electoral de Bolivia, donde parecía que había segunda vuelta al no superarse el 10% entre el primer y segundo lugar; en forma sospechosa, el MAS partido de Evo Morales terminó de ganador con 47% de los votos, mientras que Comunidad Ciudadana del candidato Carlos Meza obtuvo 36.5%. A partir de ese entonces los opositores, desconocieron los resultados, acusaron de fraude y tomaron las calles, generándose una revuelta social violenta y de enormes proporciones, que puso en jaque al Gobierno de Evo Morales, que acorralado por los levantamientos y la crisis generalizada, inicialmente convocó a un nuevo proceso electoral, pero luego al incrementarse la agitación social, y perder el respaldo de las Fuerzas Armadas y la Policía; terminó obligándolo a renunciar, junto al Vicepresidente y los dirigentes más connotados del MAS.
La grave crisis desencadenada en Bolivia; no ha hecho sino poner en evidencia, la fragilidad del sistema político en América Latina, que lamentablemente, ha vuelto a sucumbir por el ADN autoritario y la sensualidad del poder, que llevó a Evo Morales, a perder la perspectiva histórica, al tirar por la borda los resultados logrados, el respeto a la democracia y a la apuesta inicial de gobernar para los más pobres con sentido de equidad y justicia.
Las evidencias son categóricas; existen gobiernos antidemocráticos o corruptos de izquierda, de derecha y del centro. Asimismo existen muchas lecciones no aprendidas, que necesitamos valorar e interiorizar, para no cometer los mismos errores, ni tropezar con la misma piedra. Ser de izquierda o liberal, no santifica a nadie; querer atornillarse en el poder es arbitrario. La justicia y la democracia, no se pregonan. Se practican con el ejemplo.
* Gabriel Mejía Duclós es ingeniero agrícola con especialización en ingeniería de recursos agua y tierra, 25 años de experiencia en gerencia y dirección de instituciones públicas y privadas vinculadas al desarrollo social, económico y gestión ambiental, ex candidato a la Gobernación Regional de Áncash.
Foto: Mediotiempo
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