LA COLUMNA DEL DÍA | El problema del comercio ambulatorio
Creado el Miércoles, 27 de Marzo del 2019 10:22:37 am | Modificado el 06/10/2021 01:33:54 pm

El problema del comercio ambulatorio no solo es un problema social y económico en nuestro país sino también en muchos países de América Latina, desde hace muchos años atrás formando parte del paisaje urbanístico de las ciudades. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, este se ha ido acrecentando sin tener visos de solución, todo lo contrario, se va agudizando.
Los vendedores ambulantes son trabajadores de la economía informal que comercian bienes o servicios y que, generalmente, son las calles de la ciudad su lugar de trabajo. Se aduce que el origen del comercio ambulatorio es la falta de empleo formal o la falta de oportunidades para estudiar. Sin embargo, existen experiencias de vendedores ambulantes que encuentran en dicha forma de trabajar, un estilo de vida.
Se debe señalar que este tipo de comercio existe porque hay un mercado, es decir, existen consumidores lo que de alguna manera, justifica la existencia del comercio ambulatorio. Pero, lo que no se justifica es la competencia desleal y la informalidad en que se desarrolla, dando pie a que las autoridades ediles tomen acciones en contra de ellos. Pero así también es necesario tomar decisiones firmes para no permitir el desorden en las calles de nuestra ciudad y la existencia de “mafias” enquistadas, tanto por el lado de los comerciantes ambulantes como por el lado de quienes tienen el deber de contrarrestarlo, por no decir, de malos funcionarios que se encuentran dentro de alguna institución municipal, tal como ha quedado demostrado con el caso de la Municipalidad de la Victoria, en Lima.
Ser vendedor o vendedora ambulante, en nuestra realidad, es sinónimo de trabajador informal que desea obtener un ingreso para sobrevivir, que solo piensa en el corto plazo dejando el mediano y largo plazo al libre albedrío. Es importante recordar que los vendedores ambulantes existieron siempre, pero que realizaban su trabajo en la periferia de la ciudad o muy alejados de los centros comerciales, tales fueron los casos de lecheros, panaderos, pescadores, fruteros, vendedores de caramelos, de telas, entre otros más. Pero los ambulantes de nuestros tiempos se instalan en lugares públicos y de mayor tránsito, lo que ocasiona inconvenientes para los ciudadanos. Esto puede solucionarse en parte creando ferias en lugares y en días determinados, o agrupándolos en un lugar apropiado, como ya se hizo anteriormente en nuestra ciudad y surgió así el famoso Centro Comercial “Los Ferroles”.
Hay que censar a los vendedores ambulantes para saber quiénes son, de dónde provienen, son madres o padres solteros, etc. Es importante tener esos datos. Resulta que muchas veces son los vendedores formales los que alientan la informalidad, es decir, aquellos comerciantes que ya tienen un negocio en alguna tienda o galería y para vender más o promocionar sus productos salen a vender a las calles. Hacen recordar aquellas personas que ya tienen una vivienda y luego invaden terrenos en espacios públicos que están destinados para otros fines para luego negociarlos. Eso está muy mal y hay que castigarlo.
Considerando que el vendedor ambulante es un trabajador debe cumplir con ciertos requerimientos y existe la necesidad de que éstos vendan sus productos en buen estado lo que no sucede con algunos de ellos que expenden productos de mala calidad y muchas veces constituyen un eslabón de productos de contrabando. Indicar también que el vendedor o vendedora ambulante desempeña una función sin permanecer mucho tiempo fijo en un mismo lugar, por eso se le dice ambulante.
Finalmente, señalar que para amenguar esta problemática es importante impartir políticas gubernamentales que no fomenten el desempleo, sino todo lo contrario. Pero, por otro lado, también que el vendedor ambulante opte por la cultura del emprendedurismo siendo creativo e innovador.
* Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, pastdecano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y miembro del Directorio de Sedachimbote.
Foto: La Industria
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