LA COLUMNA DEL DÍA | El mundo de los pobres
Creado el Miércoles, 27 de Noviembre del 2019 07:11:59 am | Modificado el 06/10/2021 01:34:56 pm
Son diversas las causas de la pobreza, una de estas es la corrupción, que impide que muchos recursos sean destinados a satisfacer necesidades básicas de la población, señala el doctor Felipe Llenque Tume

Se considera que la población es pobre porque no tiene algo que necesita o cuando carece de los recursos para acceder a las cosas que necesita. La Organización Internacional del Trabajo considera que “al nivel más básico, individuos y familias son considerados pobres cuando su nivel de vida, medido en términos de ingreso o consumo, está por debajo de un estándar específico” (OIT, 1995: 6), Paul Spicker.
El índice de pobreza multidimensional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que hay más de 1.300 millones de personas en todo el mundo que sufren la pobreza de distintas formas.
De acuerdo a un informe del Banco Mundial, “el acceso a buena educación, atención de la salud, electricidad, agua potable y otros servicios fundamentales sigue estando fuera del alcance de muchas personas, a menudo por razones socioeconómicas, geográficas, étnicas y de género. El enfoque multidimensional —en el cual se incluyen otros aspectos, tales como la educación, el acceso a servicios básicos, la atención de la salud y la seguridad— revela un mundo en el que la pobreza es un problema mucho más generalizado y arraigado. La proporción de pobres, según una definición multidimensional que abarca el consumo, la educación y el acceso a servicios básicos, es alrededor de 50 % mayor que cuando se mide teniendo en cuenta exclusivamente la pobreza monetaria”.
En ese mismo informe se señala que “los avances son a menudo temporales para quienes han logrado salir de la pobreza: las crisis económicas, la inseguridad alimentaria y el cambio climático amenazan con quitarles aquello que han conseguido con tanto esfuerzo y con hacerlos caer nuevamente en la pobreza. Será fundamental encontrar formas de enfrentar estos problemas a medida que se avanza hacia 2030”.
Además de lo señalado, hay otras causas de origen de la pobreza en el mundo, uno de ellos es la corrupción que impide que muchos recursos sean destinados a satisfacer necesidades básicas de la población.
En la Introducción del libro “La economía de los pobres” de Yesid Barrera, destaco expresiones muy interesantes referidos a este tema “se señala que el fenómeno de la pobreza no es sólo un problema latinoamericano, sino un problema mundial. La articulación de la pobreza se halla en el llamado 'sector informal': una economía y sociedad dentro de la economía y sociedad nacional, donde se encuentra la pobreza. en América Latina la pobreza comenzó a ser crónica. La pobreza no es consecuencia de una coyuntura, sino de una estructura. La extensión de la pobreza ha creado una nueva clase social, difusa y heterogénea, de los llamados 'informales'. El fenómeno es común en todas partes: desde Monterrey en México hasta Puerto Montt en Chile, América Latina parece ser invadida por los pobres, que se hacen visibles a través de la multitud de pequeños negocios de toda índole, que toman como por asalto las ciudades capitalinas y de provincia. Son las masas de vendedores ambulantes en la calle, los artesanos y trabajadores manufactureros en sus casas semi-escondidas, las mujeres tortilleras y sus críos, los intermediarios de servicios, que nadie solicita visiblemente, de cuya existencia nadie había sabido en los años anteriores. Estos negocios manufactureros, comerciales y de servicio son generalmente de los barrios marginales de la ciudad. En el campo se encuentra su contraparte: la pequeña empresa agrícola, fragmentada, de minifundio. Tienen en común, que están relacionadas con el subempleo y la pobreza, que afecta a las grandes masas latinoamericanas. La informalidad tiene distancia notoria de la economía y sociedad formal: de las empresas registradas, la legislación social, el derecho laboral, los convenios colectivos. En la economía informal predomina la actividad no registrada: es la economía de los pobres, la sociedad de los miserables, donde el reto es sobrevivir, y la audacia procura el pan de mañana. Este fenómeno es el resultado visible de un proceso, que encuentra su origen unas cuantas décadas antes. Detrás de este proceso hay cambios todavía menos visibles: de la descomposición de la clase media, trabajadora y campesina, de la pauperización gradual y el crecimiento de cordones de miseria y de tugurios permanentes en cada centro urbano de Centroamérica y de los países andinos. Del desinterés en el proceso político y en el funcionamiento de la democracia misma, sentido por vastos segmentos de la población, de la pérdida de eficiencia y del nivel profesional del sector público y de la ausencia del Estado -con sus servicios básicos tales como seguridad, salud, educación y obras públicas- en considerables porciones del territorio nacional: en el Perú, en Colombia, en Guatemala, por ejemplo. La pobreza y la informalización de la economía y la sociedad latinoamericana no es un asunto superficial, coyuntural o de corta duración. Es un proceso profundo y traumático, que se articulará con más nitidez durante las próximas dos, tres décadas. Es un reto, que requiere una solución drástica, independiente de la composición de los gobiernos nacionales y del color de la casa presidencial. La pobreza y la creciente dualidad entre el sector formal e informal pueden ser combatidas.
* Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y miembro del Directorio de Sedachimbote.
Foto: Celag.org
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