LA COLUMNA DEL DÍA | ¿El comercio ambulatorio es una plaga?
Creado el Miércoles, 25 de Marzo del 2020 08:02:09 am | Modificado el 06/10/2021 01:35:37 pm

El comercio ambulatorio es un problema que se agudiza generando efectos muy desalentadores no solo para las autoridades que tiene que ver con esta situación, sino también crean un problema para la ciudad. Sin embargo, es preciso señalar algunos aspectos del contexto actual sobre el comercio ambulatorio que los alcaldes tienen el deber de solucionar y sin embargo es poco lo que hacen o simplemente no hacen nada para solucionarlo.
Es menester señalar que, si bien es cierto una de las causas de la existencia del comercio ambulatorio es la falta de fuentes de trabajo. Sin embargo, también es preciso señalar que muchas veces las personas ven en esta forma de trabajo informal una manera de sobrevivir, obteniendo ingresos de manera muy sencilla. Y esto porqué lo señalo, porque la mayoría de los vendedores ambulantes son personas que se dedican a comprar sus productos a precios muy bajos y luego lo revenden a precios que le permiten obtener utilidades que ellos consideran adecuados. Los vendedores ambulantes, por lo general, compran sus productos en los grandes mercados o galerías de Lima y luego lo comercializan en un determinado lugar del país. Inclusive en nuestra ciudad algunos vendedores ambulantes compran sus productos en centros comerciales formales y luego los revenden obteniendo cierta ventaja económica. Por ejemplo, adquieren un producto “x” aun precio de 10.00 soles y luego lo comercializan a un precio de 15.00 soles, aparentemente han obtenido una utilidad de 5.00 soles y si lo multiplicamos por 6 productos que vendan como mínimo al día, ya ganaron 30.00 soles, según el criterio de ellos. Con esas ventas ya sacaron para “su diario” y con eso, se conforman.
Un aspecto a resaltar es que, muchos de los vendedores ambulantes se han acostumbrado a permanecer en ese estatus quo a pesar de estar años en esa situación como informales, sin embargo, algunos se compraron un auto, tienen celulares de última generación, algunos tienen viviendas muy bien construidas, otros tienen sus hijos en colegios o universidades particulares. Los fines de semana se dan el lujo de ir a distraerse con la familia; en fin son tantas cosas que hacen que sus familiares o amigos que los observan también se ponen de ambulantes y hacen lo mismo porque ven que ser ambulante es una manera de obtener un ingreso sin mucho esfuerzo. Pero, ¿es malo acaso hacer todo ello? Claro que no. Lo malo está que, los vendedores ambulantes, no pagan impuestos y, además realizan una competencia desleal a los comerciantes formales. Lo que es más penoso aún es que no permiten una adecuada transitabilidad de las personas por las aceras, dejan las calles llenas de basura afeando así el paisaje de la ciudad.
No es un delito ser vendedor ambulante, por supuesto que no, pero si es un delito no pagar sus impuestos. Muchos de los vendedores formales alguna vez fueron vendedores ambulantes. Es una manera de progresar y de tener autoridad moral para hacer algún reclamo a las autoridades.
A pesar que se hagan esfuerzos para acabar con la existencia del comercio ambulatorio siempre aparecerán más ambulantes. Lamentablemente, es una plaga no solo de países como los nuestros, sino también de otras realidades aún más lejanas. Considero que existiendo autoridades que hagan respetar las normas que restringen o impiden el comercio ambulatorio o creando espacios físicos para que dichos comerciantes puedan expender sus productos de manera ordenada, no sólo mejorarán la imagen de una ciudad sino que, con el pago de sus impuestos, contribuirán con el desarrollo de una ciudad.
* Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y miembro del Directorio de Sedachimbote.
Foto: dinero.com
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